Bibliografía, Rescatado del olvido — 13 de marzo de 2013

Correos Avisos de Piratas por el Consulado de Mar (siglo XV)

por

De la Historia y la leyenda (IV)

Publicado en el nº 9298 de Las Noticias, Barcelona, miércoles 15 de febrero de 1922.

 

Atravesando las poblaciones de la costa, os habréis fijado en gruesas torres de defensa, que el progreso urbano ha encerrado entre sus calles en Masnou, en Caldetas, en Mataró, etc. Acerca de ellas os habrán dicho que servían para avisar el desembarco de los moros y para refugio del vecindario si arreciaba el peligro. Son tales torres el último testimonio de la piratería, que ya en el siglo IX arruinó la ciudad de Empurias y hasta el siglo XVIII imposibilitó la prosperidad de los pueblos del litoral marítimo.

Interesante sería seguir el curso de las depredaciones piráticas, cuyos vaivenes están en concordancia con otras vicisitudes de los pueblos marítimos del Mediterráneo y de sus períodos luctuosos. No es tan vasto campo donde fijaremos nuestra atención, sino en cómo nuestros antepasados, en el siglo XV, intentaron atenuar sus perjuicios.

Los bajeles piratas no ostentaban únicamente la bandera de la media luna; habíanlos de cuantos pueblos pretendían liquidar deudas y vejaciones comerciales y aún agravios políticos, y siempre en los períodos de guerra, harto frecuentes en la Edad Media.

Contra los perjuicios de la piratería se emplearon diversos medios. Estableciose en algunos estatutos gremiales el que hoy llamaríamos seguro contra la cautividad, o sea un fondo destinado a las redenciones de los agremiados que resultasen capturados por los piratas. Armaron naves los ciudadanos y el comercio para proteger la navegación y las costas. Construyéronse torres de vigía y refugio, de las que antes hicimos mención- Procuraron tener previo conocimiento de la presencia de piratas mediante avisos circunstaciados, de la clase, importancia y número de las naves corsarias, lugar donde aparecieron, rumbo que llevaban, quien las mandaba, depredaciones que habían cometido y, en una  palabra, de todo cuanto contribuyera a formar juicio y prepararse a una inmediata defensa.

Ello no obstó para que, a pesar del envío de correos a las poblaciones marítimas dando cuenta de extremos se abandonase el viejo sistema de las señales ópticas. Empléanse con provecho a finales del siglo XV, con una reorganización llevada a cabo en Abril de 1478 en la guerra con el duque de Anjou. Asediada toda la costa por las naves marsellesas, e impotentes, de primer momento, los Concelleres para rechazarlas, organizaron una defensa extraordinaria en los pueblos del litoral marítimo mediante “farons, fums e corruy e estar prests ab lauts e armes”.  Los “farons” (fogatas) durante la noche y los “fums” (humaredas” durante el día, simultáneamente con el despacho de correos y con la lucha armada.

Ya desde el siglo XIV vemos organizado de un modo constante y uniforme el correo especial para avisos de piratas, el cual debía se satisfecho por la población que lo recibía. Iniciada esta práctica en Barcelona, se sujetaron a ella de buen grado los interesados. Palma de Mallorca negose, en 1354, a pagar uno de estos correos, y el rey ordenó que fuesen satisfechos siempre por el lugar que recibía el aviso.

Cuidaban de comunicar a las poblaciones marítimas el peligro de piratas en 1401, los Cónsules del Mar, conceptuándose tal misión dentro del carácter mercantil de la institución. El Consulado del Mar estaba en relación con todos los Cónsules de Catalanes establecidos en los principales puertos, y cuando no, eran nuestros mercaderes de poblaciones forasteras que advertían del armamento o salida de naves en corso. El Consulado del Mar pagó 3 libras 12 sueldos a “Bernat dez Coll mercader, per un correu que per son frare li fó tramés de Marsella, per avisament de les galees de Mónech, e de Finar, e de Bergançó, quis devíen ajustar, en quin stament ereu” (1º de junio de 1401).

Túvose cuidado en ahorrar gastos al expedor tales correos. Por manera que si coincidía la necesidad del aviso con la salida de algún correo para el mismo destino, se le confiaba el nuevo encargo, dándole solamente un sobresueldo, llamado “aventatja”, e indicándose en el texto del escrito su cuantía. Este caso ocurrió en 14 de Marzo de 1475, en cierta carta que el Consulado del Mar envió a Tarragoza, Tortosa y Valencia, conceiendo “adventatja al correu daquesta portador, lo qual, per altres fets, tenía partit per Valencia. Al qual vosaltres, Monsenyors de Tortosa, pagareu quatre sólidos, e vosaltres Senyors de Terragona, altres quatre sólidos”.

A su retorno, los correos debían entregar una comunicación de las personas que se habían hecho cargo de los avisos, en la que se hacía constar la cantidad que hubiere sido entregada.

Fue norma del Consulado del Mar de Barcelona a mediados del siglo XV, advertir del peligro de piratas a los otros Consulados del Mar, donde los había. Manifestábase en un aviso enviado al Consulado de Mallorca, “pagareu per lo present leut, al portador de la present vint e vuyt florins dor Daragó” (18 de septiembre de 1460), y en otro análogo del año siguiente, “pagareu per nolit del dit llahut al dit patró lo qual va ab aquell armat ab XV homens, Sinquante florins dor” (14 de Abril de 1461). De este mismo peligro avisóse simultáneamente, por correo de a caballo a los “Consol de la mar e ayga dolç” de Tortosa y se les advertía: “lo present cporreu ha de esser aquí demá a sis hores apres mig jor, he ha haver deu florins corrents, los quals fareu para aquí als dits patrons e mercaderes”. (14 de Abril de 1461)

La organización de estos correos por cuenta de los mercaderes, no excluyó en absoluto los casos en los que los Concelleres de Barcelona, en este mismo siglo XV, entendieron debían avisar a los pueblos del peligro de piratas, ni tampoco la viceversa, de las autoridades locales que mandaron correos a los Concelleres. Si bien en este último caso, veremos luego que alguna vez sufrieron las consecuencias de la transgresión de la práctica general.

Hallándose en Salou los piratas provenzales Grinaldo y Aldinet, con sus galeras, la autoridad municipal de Tarragona avisó del caso a la de Barcelona (8 de Mayo de 1455), y otro tanto hicieron los Procuradores de Tortosa, al dar cuenta de la presencia de los bajeles corsarios de Scarinxo (12 de Junio de 1461). Al final de su carta escribían los tarraconenses, “aviseu, si us plaurá, tota la costa, sins allá hont sia necesari. E donau al correu portador de la present los quatorze sous acostumats, axi el segons voleu nosaltres dondem als vostres”. Como postdata refería la captura de tres naves por los piratas en Cambrils: “E per quant ñes dites fustesfan aqueixa via et han lo vent en popa, havem deliverat tremetreus correu a cavall, lo qual perteux dací a dues hores apres mig jorn, et ha esser aquí dematí hora de Cinch hores de matíu. E ha haver de son salari XXVII sous VI diners, lo qual salari, si us plaurá, li dareu vosltres”

Algo debió ocurrir en el decenio de la guerra contra Juan II (1462-1472), que obligaría a los Cónsules de Mar de Barcelona a prescindir de sus colegas mercantiles de Tarragona y Tortosa, en los avisos de iratas. Es de 1473 la documentación que nos ha sido dable examinar y en ella se dirigen nuestros mercaderes a las autoridades municipales de ambas poblaciones. “E pagareu vosaltres Senyors Consols de Terragona, al correu per aquesta sola rahó fet, Onze sólidos. E vosaltres senyors de Procuradors de Tortosa, altres Onze sólidos” (12 de Agosto de 1473). En otra que a las propias autoridades remitieron el el siguiente año, avisando del armamento en corso que en Marsella preparaba Gracián de Aguirre y escrita en análogos términos, se les reclamaban 12 sueldos para el correo, esto s, un suelto más de salario.

En Mallorca sin embargo los correos se seguían dirigiendo como siempre, a los Cónsules de <Mar de aquella ciudad. Hubieron de paga en este tiempo, por tales mensajes, fuertes cantidades, por el mayor coste de contratar una nave, esto es, 20 florines, en 22 de Septiembre de 1474, y 18 florines y medio, en 5 de Octubre de 1474. En las baleares tenían organizado un muy buen servicio de avisos, tanto por correo como mediante las torres de señales. El Baile de Alcudia le decía al de Pollensa haber visto Faró a Menorcga, que es señal en aquella ylla, segons diuen els homens que son vinguts de Menorcha, que en la illa ha fustes de moros” (28 de Noviembre de 1493); y el de Lluchmajor le escribía al de Alcudia: “un home de la Sorda ve (vegé) aquesta nit, sis foguerons a la Pera del Senyal”,o sea a la “Roca de Aviso”.

Entre los muchos incidentes ocasionados por los correos sobre avisos de piratas, escogemos, para terminar, uno muy instructivo, por mostrarnos que en 1475 los Concelleres de Barcelona evadían pagar sus gastos y los Cónsules de Mar manifestaban ser ellos de la incumbencia del Consulado. Advertían estos últimos a los Jurados de Blanes la presencia de naves piráticas, y le decían: “E pagareu al dit correu, lo salari acostumat, ço es, VIII sólidos. Avisant vos que havem presa molta admiració, com, segona vostra lletra IIII del present, no haveu pagat un correu queus fem, per avis de una galiota de prohenzals que había feta certa presa en les mars de Citges, dihent vosaltres, que, per quant en los díes passats havieu donat avís als honorables Mossenyors de Consellers de la present Ciutat, e no volgueren pagar lo correu qui portá vostra letra, que, semblantment vosaltres havieu axí volgut usar. Aquens responem, que, ental fet vosaltres no culpam: e si vostre correu fos estat remés a nosaltres, decontinent lo hagueren contentat. E açous offerim ara per tota vegada que avisos nos trameteu: car no sabém diners millor smersats per la indempnitat de tots. Avisnt vos que per lo dit lehut, quins es stat trames de Mallorques, ne havent pagats vint florins dor” (7 de Mayo de 1475).