Actualidad, Opinión — 10 de octubre de 2016

Correos y la Filatelia

por

modesto-fraguasModesto Fraguas Herrera es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Posee la Beca fin de carrera” el Paular” así como el título de Docencia Investigadora dentro del Doctorado de Creatividad. Igualmente es MBA En Dirección Marketing y Comercial por ESIC.

Cuenta con diversos títulos y cursos especializados en Marketing, imagen y Branding de marca en distintas escuelas de negocio como IE, ESIC.

Profesionalmente es funcionario de carrera del Cuerpo Superior, estando siempre ligado a Correos donde ha ocupado distintos puestos; Asesor de Gabinete de Estudios, Jefe del Área de Imagen y Publicidad y Responsable de Marketing Operativo, Subdirector de Marketing y Marketing Directo, actualmente es Subdirector de Filatelia.

Hoy comenzamos una nueva colaboración en forma de entrevistas con quien con mejor nos puede explicar las actividades de Correos en el entorno filatélico.

 

FD.- ¿Qué significa ser Director de Filatelia de Correos?

MF.- Después de desempeñar distintos cargos dentro de Correos, este puesto realmente representa un honor para cualquier directivo, pero máxime para alguien que ha estado tan ligado desde hace ya más de 36 años a la institución que represento. Porque realmente estás gestionando algo más que un sello o algo más que un departamento de filatelia, estás realizando una función tan importante como es gestionar un elemento que representa un medio de identidad y referencia corporativa no solamente de Correos, sino que también supone la gestión de una seña y testimonio de identidad representativa de nuestro propio país.

 

FD.- ¿Cómo ha cambiado en Vd. en el concepto de filatelia que tenía al asumir su dirección en Correos y ahora que ya han pasado 3 años?

MF.- Realmente, y como dije anteriormente, por mi trayectoria profesional he tenido siempre un conocimiento cercano al mundo de la filatelia. En estos tres años ese conocimiento básico me ha servido para partir hacia un entendimiento más especializado de una forma más rápida y directa que si no lo hubiera tenido. Por ello he podido abordar una estrategia en un  breve espacio de tiempo que persiguiera un objetivo, en la cual el sello siga siendo un elemento de importancia y relevancia en la filatelia, en el mundo del coleccionismo pero también en la sociedad. Llegando no solamente a ese público conocedor y amante del sello, sino llegando también a cualquier ciudadano por el atractivo que representa ese producto y su entorno. Para ello la innovación y la creatividad ha sido piezas claves tanto en la temática como en la forma de presentar los sellos, pero también en la diversificación de productos filatélicos y parafilatélicos, así como en la forma de difundirlo y publicitarlo. En definitiva lo que he tratado es de aplicar el concepto de Marketing a la Filatelia para conseguir el objetivo pretendido.

 

FD.- Como no podía ser de otra manera, la Filatelia y Correos siempre estuvieron directamente relacionadas. Sin embargo hubo de pasar más de un siglo para valorar en su justa medida las posibilidades económicas del coleccionismo de sellos. ¿Cree que hemos llegado a un momento de máximos? Según afirman algunos ¿existe una sobre-explotación del coleccionista que conduce a que muchos abandonen su afición?

 MF.- Lógicamente el sello nace con un fin, ser un elemento de franqueo para un envío postal y con el paso del tiempo varía además a una función de ser elemento digno de coleccionar. Hoy día y por el entorno en el que nos encontramos su función básica se ha visto complementada y prácticamente encubierta por el fin de coleccionismo; la realidad a la que no podemos abstraernos es que las sociedades cambian y con ellas sus formas de relación y en este sentido, la carta es el principal elemento perjudicado para el filatélico porque ya no circulan tanto los sellos, pero principalmente para Correos,  porque supone un descenso importante en el concepto de envíos de correspondencia. Pero es una realidad, de nada sirve lamentarse o añorar lo que en su día fue y hoy no lo es. Cuanto antes abordemos que esa nueva función del sello, como testimonio de colección único y el más importante de esta actividad cultural, es su nuevo entorno, antes podremos emprender su reposicionamiento y su longevidad de valor para el futuro.

Creo que ningún coleccionista abandona su afición y pasión por una sobre explotación. En el arte, aunque exista una saturación de obras en el mercado porque lógicamente no se puede controlar, el coleccionista siempre buscará tener esa pieza que le falta, aunque existan unos precios elevados en algunas de ellas, intentará ver de cómo conseguirla. Pues en la filatelia ocurre exactamente igual, desde Correos la planificación responde más a una respuesta al objetivo pretendido que a una sobre explotación del coleccionista, porque en este sentido, si hablamos de iniciar una colección, diríamos que el importe que representa tener la serie anual es de aproximadamente 120 € anuales, es decir, supone que alguien invierta solamente 10 € al mes, ¿podemos considerar que estos importes inducen a un abandono?, yo creo que no. Las causas las tenemos que buscar en la madurez de un mercado, que de momento no tiene una rotación entre el público más joven por diversos motivos que son principalmente exógenos. 

 

FD.- ¿No cree que el sello actual se aparta del sello que era objeto del coleccionismo filatélico tradicional?

MF.- Anualmente emitimos 90 sellos, muchos de ellos conjuntados en una única temática, este número no es muy diferente a los emitidos por otros países y buscan una diversidad temática diversa y rica en contenidos para diferentes perfiles. Pero realmente el problema no es tanto en el número sino que está en relación con el valor facial que sumen los mismos, y en este sentido como apuntaba anteriormente, no representan un valor elevado, máxime si aquí lo cruzamos con esas innovaciones sensoriales, sensitivas y tecnológicas que aportan muchos de los nuevos sellos como olor, sabor, textura, RA, 3D, etc.

Estas innovaciones responden al avance que sufre cualquier elemento en la historia, en 2016 no podemos realizar impresiones iguales a las realizadas en 1850, el sello tiene que ser testimonio y reflejo de la sociedad en que vivimos, por lo cual debe estar a ese nivel de valores con los que convivimos, debe adaptarse a ese entorno para que tenga la aceptación no solamente del coleccionista, que podrá o no estar de acuerdo en estas innovaciones, también deberá tener un atractivo para aquella persona que no siendo filatélica vea en ese trozo de papel un valor; Más allá del franqueo, inversión o colección, debe encontrar un atractivo para adquirirlo y de esa forma entrar en el mundo del sello.

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La estrategia comercial para nuevos compradores busca menos un lenguaje de filatélico especializado y más la demanda de un producto atractivo, lo explicaré con un ejemplo; si anteriormente vendíamos las emisiones anuales bajo el concepto exclusivo de un álbum de sellos ahora responde más a un concepto más abierto, donde un libro con un contenido gráfico y documental da testimonio de un año, que además se recoge en sellos.

Por ello buscamos esa diversidad, ese concepto “blendend” que llamamos en marketing, que es lo que enriquece a la filatelia, donde se combinen en las emisiones filatélicas grabados e ilustraciones calcográficas tradicionales conjuntamente con las innovaciones de impresión y temáticas más comunes que encontramos en nuestra época. Pero también buscamos el potente atractivo que rodea al sello, él es el protagonista, pero existen otros actores secundarios, secuencias, decorados, etc, que acompañando al sello hacen una buena película, pues es esta realización filatélica la que hace que ofrezcamos nuevos productos a partir del sello y con el sello.

 

FD.- Desde hace décadas se ha anunciado muchas veces y por diversos motivos la muerte de la Filatelia. Sin embargo la Filatelia sigue siendo el coleccionismo más extendido en el mundo.
Cuando ahora se habla de pseudo-filatelia o post-filatelia, ¿no sería mejor abrir un nuevo conjunto de coleccionismos, que podría denominarse Neo-filatelia en la que tuvieran cabida todos esos objetos que sin ser sellos y sin poderse incluir en una colección de Historia Postal, están relacionados con el sello utilizado para franquear la correspondencia?

MF.- Creo que la Filatelia nunca morirá, otra cuestión es cómo se reposicionará en el futuro. Existen 60 millones de filatélicos en el mundo, existe un importante mercado, que aunque maduro y tradicional, representa la actividad más importante dentro del ocio y la cultura del coleccionismo, posee la representativad de los valores de marca de un país que a pocos elementos se les puede conferir, etc., etc.

Efectivamente la filatelia se tiene que compaginar y compenetrar con otros elementos de coleccionismo, deben aunar sus fuerzas y sus valores para realizar una propuesta común desde el más afín, que es el numismático, a otros coleccionismos totalmente más modernos. La denominación que apliquemos creo que es indiferente, pero realmente sí que debemos apostar por ampliar el campo de visión del sello a elementos, ya sea en el entorno postal o sean de otro contenido diferente. Actualmente las normas FIP sobre coleccionismo limitan mucho este tipo de participación y creo que ese pequeño hueco abierto al “coleccionismo moderno” debe ser ampliado a un gran ventanal de coleccionismo más variado y diverso, que no sea tan restrictivo y que permita a aquellos que se inician, desarrollar plenamente su creatividad de colección a partir del sello.

 

 FD.- Es una satisfacción haber iniciado estas conversaciones y, por supuesto, le agradecemos la facilidad con la que aceptado esta colaboración mensual. Son muchas las preguntas que esperan en el tintero y otras que nos despiertan sus propias respuestas.