El 19 cuartos de 1860 de Sperati (II)

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La huella del falsificador 32

Publicado en El Eco Filatélico y Numismático (julio de 2011)

 

Así lo hizo

En el anterior artículo de esta serie ofrecíamos unas pinceladas sobre el método seguido por Sperati para efectuar sus reproducciones, refiriéndonos en concreto al 19 cuartos de la emisión de España de 1860. Seguimos hoy estudiando la falsificación de ese sello para establecer la forma de distinguir los ejemplares falsos de los auténticos.

Sperati no era ningún mago y tampoco hacía milagros; simplemente era un falsificador con sólidos conocimientos en técnicas fotográficas y de impresión; muy paciente, extremadamente perfeccionista y que no se  conformaba con copias más o menos buenas: debían ser de la máxima exactitud. Para conseguirlo probó una multitud de procedimientos y sistemas en los que utilizaba los más variados recursos, exigiéndose a sí mismo el máximo rigor en cada paso.

No utilizó la fotografía en su concepción tradicional, aunque sí se valió de sus principios. Para obtener la matriz del sello a falsificar no usó ninguna cámara fotográfica: él obtenía la imagen por contacto. No es el momento de entrar con demasiados detalles en el proceso de obtención de la matriz. Baste simplemente decir que tomaba un sello original y lo trataba químicamente hasta dejar su papel completamente traslúcido. Por contacto obtenía una matriz equivalente a un negativo fotográfico. De esa primera matriz, igualmente por contacto, generaba el contratipo del que, de nuevo por contacto, fabricaba el clisé con el que finalmente imprimía las copias. Lo importante es que los tres pasos de este proceso:

1º Generar la matriz a partir de un sello original

2º Obtener el contratipo de la matriz

3º Elaborar el clisé con el contratipo

las imágenes se copian por contacto no por proyección como en la fotografía.

Observemos la figura 1. Es el esquema de obtención de una imagen fotográfica.

Fig. 1.- Esquema de la obtención de una imagen fotográfica.

Fig. 1.- Esquema de la obtención de una imagen fotográfica.

El objeto a reproducir (a) recibe la luz frontalmente y la refleja atravesando la lente (b) y proyectando la imagen invertida (tanto horizontal como verticalmente) sobre el material sensible (c) en el que quedará fijada.

Pero el sistema de Sperati, como decimos, es diferente. Sperati transfería las imágenes siempre por contacto. Tanto en el primer paso para crear la matriz, como en el segundo al elaborar el contratipo, o en el tercero para trasladar la imagen del soporte del contratipo al soporte del clisé: en los tres, el procedimiento seguido es por contacto. Veámoslo de manera gráfica en la Fig. 2.

Fig. 2.-  Esquema de la obtención de una matriz por Sperati.

Fig. 2.- Esquema de la obtención de una matriz por Sperati.

 

El sello a reproducir (a) se coloca boca abajo sobre el soporte donde ha de quedar reproducida la imagen (b). El objeto que se quiere reproducir (el sello) no es iluminado por el frente como en el procedimiento fotográfico normal, sino por detrás, por transparencia. La imagen obtenida en la matriz (b) resultará invertida únicamente en sentido horizontal, no horizontal y verticalmente como ocurre en la reproducción fotográfica.

Con este método consiguió alcanzar uno de sus objetivos principales, algo realmente obsesivo para él: la exactitud en las medidas. A diferencia de cualquier reproducción por métodos o procedimientos fotográficos, de la época, evitó en sus falsificaciones hasta la más pequeña desproporción o deformación de la imagen original.

¿Quiere decir que debido a su perfección en las medidas los falsos Sperati resultan ser indetectables? En absoluto. Aparte de otros aspectos a considerar, lo que fue precisamente su gran triunfó, también se convirtió, de alguna manera, en su talón de Aquiles. La mayoría de los sellos que falsificó habían sido impresos por tipografía y, en algún caso, por calcografía. Sin embargo sus falsificaciones, a las que gustaba llamar “obras de arte”, son impresiones planas, como las impresiones litográficas.

 

Fig. 3. – 19 cuartos auténtic

Fig. 3. – 19 cuartos auténtico

                            

Fig. 4  -  Falsificación de Sperati

Fig. 4 – Falsificación de Sperati

 

Sometamos a examen un sello original del 19 cuartos de la emisión de 1860 y comparémoslo con un ejemplar falsificado por Sperati.

Desde luego, quien sepa distinguir cual de ellos está impreso por tipografía, tendrá hecha con éxito la peritación rápidamente. Pero eso no es fácil. En la mayoría de los casos los sellos impresos por medios litográficos muestran diferencias pequeñísimas respecto a los que lo han sido por tipografía.

En tipografía la plancha o molde con el que se imprime no es liso (ver figura 3). El dibujo o forma que se ha de imprimir sobresale de la plancha. Es precisamente en esa parte superior donde el rodillo deposita la tinta que pasará al papel tras la presión ejercida por la impresora tipográfica. Esa presión es la que fuerza la tinta hacia los límites exteriores de las zonas impresas acumulando en ellos algo más de tinta que en las zonas planas  centrales. Una imagen ilustrativa aunque muy exagerada nos la ofrece el lacre caliente cuando presionamos con el sello para fijar la marca y el exceso lo expele por derredor.  Por otro lado, y también por la misma presión de la máquina impresora puede quedar una ligera señal en forma de relieve de la forma tipográfica en el dorso del papel impreso.

 

Fig. 5 – Impresión tipográfica

Fig. 5 – Impresión tipográfica

 

Por el contrario, la litografía es una impresión plana. No existen salientes donde la tinta deba depositarse. Se trabaja con una plancha sin relieve alguno, pero tratada químicamente para que el área de impresión acepte lo graso (tinta) y rechace el agua y, al mismo tiempo, el área sin imagen acepte el agua y rechace lo graso.

Sperati sometió los clisés de impresión de falsificaciones a un tratamiento similar. Les aplicaba productos químicos seleccionados por él mismo y los clisés únicamente admitían tinta en la parte del dibujo. Una vez entintados se imprimía presionando el papel sobre la plancha. No quedaba nunca ninguna señal de la pisada por ser la superficie de impresión plana, como la litografía tradicional.

Como los falsos hechos por Sperati, en general, son de muy buena calidad, únicamente si estamos alertados y nos guiamos por los signos de identificación estudiados por un experto, seremos capaces de distinguir los falsos de los auténticos.

Las técnicas fotográficas no alcanzaban a eliminar pequeñas imperfecciones. Son esos pequeños defectos observados tras paciente comparación entre ejemplares genuinos y falsos los que permiten distinguir a unos de los otros. Veamos unos ejemplos en la figura 6.

 Fig. 6. – Marcas de identificación del falso Sperati del 19 cuartos de 1860

Fig. 6. – Marcas de identificación del falso Sperati del 19 cuartos de 1860

Desde la publicación del libro de la B.P.A. sobre Sperati hasta Francisco Graus, pasando por el Dr. Luis Blas y diversos expertos, se han señalado diferentes características para identificar los sellos de 19 cuartos de 1860 falsificados por Sperati. De ellas señalaremos hoy quizás las tres más significativas (1, 2 y 3). Otras no siempre se aprecian con claridad (por ejemplo la nº 4) y el que guste estudiar el tema a fondo puede encontrar otras no referenciadas (como las nº 5 y 6).

 Fig. 6. – Marcas de identificación del falso Sperati del 19 cuartos de 1860

Desde la publicación del libro de la B.P.A. sobre Sperati hasta Francisco Graus, pasando por el Dr. Luis Blas y diversos expertos, se han señalado diferentes características para identificar los sellos de 19 cuartos de 1860 falsificados por Sperati. De ellas señalaremos hoy quizás las tres más significativas (1, 2 y 3). Otras no siempre se aprecian con claridad (por ejemplo la nº 4) y el que guste estudiar el tema a fondo puede encontrar otras no referenciadas (como las nº 5 y 6).

1.- Las dos rayitas cortas de sombra del pelo que señalan las flechas están muy reforzadas en los ejemplares falsos, mientras que en los originales su grosor es similar a las demás.

2.- La segunda raya vertical a la derecha de la “S” de “CORREOS” está rota, algo que no sucede en los sellos originales.

3.- La quinta raya de la sobra de la izquierda del cuello (empezando a contar desde abajo), está my rota, casi desaparecida.

4.- Una pequeña rotura en el marco por debajo y entre la “T” y la “O” de “CUARTOS”. Se trata de una marca no siempre visible con claridad (como sucede en el ejemplar aquí reproducido). Por eso Graus la señalaba como característica identificativa en su Manual de 1985 y la omitió posteriormente en su web.

5.- A la izquierda de la línea que divide por la mitad el ancla existe un pequeño punto de color y a su derecha otros dos más pequeños todavía. Los sellos auténticos carecen de ellos.

6.- A diferencia del sello auténtico la primera línea del fondo encima del cartucho del valor no llega hasta el adorno del círculo que enmarca el busto de la reina.

Sperati es peligroso cuando nos fiamos del primer golpe de vista. Pero no resiste un riguroso y pormenorizado análisis.