Dependencias postales, Historia Postal — 7 de marzo de 2016

El correo con Cuba a finales del siglo XVIII.

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Rutas Postales

Artículo publicado originariamente en The Cuban  Philatelist nº 37 (2001)  y, más tarde  en Atalaya Filatélica nº 103
Objetivos  del estudio

El objeto principal de este estudio es establecer de manera objetiva y cuantitativa el papel que jugó La Habana, puerto preponderante del comercio marítimo colonial, en el conjunto de comunicaciones  postales  tras el establecimiento  del sistema de Correos Marítimos en 1764.  Nos centramos  en el estudio de las rutas postales, tanto oficiales (de los Correos Marítimos del Estado), como particulares (seguidas  por buques  del Comercio y de la Armada Real española).  El período cronológico del estudio (1786-1796) se ha estimado  el más a propósito porque en ese  momento se había desarrollado suficientemente la normativa postal que afectaba a esta materia, se había superado ya la crisis de los Correos Marítimos tras la guerra con Inglaterra de 1779-1783, y todavía no se habían producido las guerras de fines del siglo XVIII y primer cuarto del siglo XIX en las que se vio inmersa España y su Imperio Colonial (1797-1821).  Para extraer datos  suficientemente representativos  de esa década  se realizó un muestreo  a partir de las cuentas  de 1786,  1791 y 1796.  El  motivo de  operar  de  esta  forma se  debe  a la falta de espacio en la presente  publicación y el mucho  tiempo y los medios económicos que exigirían abordar un proyecto que englobara estadísticamente todo el tráfico postal a la Isla de Cuba desde 1764 hasta las décadas  de 1830-1840.

Las fuentes

El estudio de la serie documental de «Cuentas y Justificantes», concretamente de la Administración de Correos de La Habana, conservada en el Archivo General de Indias (Sevilla, España), en su sección «Correos», ha posibilitado abordar este trabajo sobre  el tráfico postal exterior hacia la Isla de  Cuba. Las cuentas  de  las Administraciones de Correos son una fuente de primera importancia para abordar el estudio de la historia postal de los territorios españoles  en América. De la totali dad de Administraciones de Correos americanas  existen cuentas  para el período de la Real Renta de Correos (17641824), y en el caso de Cuba y Puerto Rico, incluso hasta para fechas más tardías. La realización  de cuentas por los Admistradores era una obligación que venía impuesta por la legislación postal española  con carácter periódico (hasta la década de 1790 debían efectuarse cada seis meses,  y a partir de entonces,  con carácter anual).

En las cuentas  figuran los productos  recaudados  por cada Administración o estafeta en todos los conceptos,  correos extraordinarios despachados, apartados de correos, portes del correo franqueado previamente, correo certificado (también con franqueo previo obligatorio), así como de las cartas que provenían del exterior sin franquear, cuyo producto  se recaudaba  en la Administración de destino. Por otro lado, figuraban los gastos en los que se consignaban los pagos a los conductores de la correspondencia, despacho  de cabalgaduras, gastos de oficio, gastos de carteros, sueldos, etc. Al final de cada ejercicio económico se restaban los gastos a los ingresos, y se estimaba  el importe líquido ingresado en cada Administración, cuyo montante  debía ser remitido a la Contaduría General de la Renta en Madrid, que fiscalizaba e inspeccionaba las citadas cuentas, poniéndoles  los reparos oportunos (si es que los había).

La articulación legal

En los artículos 19.1 al 19.5 del «Reglamento provisional del Correo Marítimo» de 24 de agosto de 1764, encontramos el principio legal del sistema de comunicación, en  los que  aparte  del sistema  de  «Correos Marítimos» con sede  en  La Coruña, se obliga a los responsables de las embarcaciones  a admitir como carga la correspondencia  que los administradores  de correos de los distintos puertos le encomendasen para su transporte hasta las administraciones de destino. El Reglamento de 1764 quedó  ampliado con la promulgación de la «Real Ordenanza del Correo Marítimo» de 1777,  que  en su Tratado  IV,  artículo 12, ordena  a los patrones  y a los maestres  de  las embarcaciones  de  guerra y particulares que realizasen travesías entre  los puertos  españoles  y americanos  (y viceversa), a que avisasen a los administradores  de correos de los puertos de despacho  del buque, con una antelación de cuatro a seis días, del punto al que se dirigirían los barcos. De esta  manera  se le podían encargar de  la conducción  de  cajones  y valijas de correspondencia, dando la posibilidad a los administradores de correos a avisar al público la salida próxima de cada buque  para que pudieran entregar cartas en  la administración de  origen dirigida a los puntos  de  destino  de  los buques  que estaban a punto de salir en los días subsiguientes. A esto obedecen, generalmente,  las leyendas manuscritas con el nombre  de los buques  que figuran en muchas cartas con trayecto marítimo. El 2 de abril de 1784 se promulgan las «Reglas que en execución del art.º?. del tít. 1, tratado IV de la Real Ordenanza del Correo Marítimo expedida en 26 de enero de 1777 quiere S.M. se observen en la conducción de cartas y pliegos para las embarcaciones  de la Real Armada, del Comercio y de cualesquiera especie o clase que sean, desde  los puertos de estos reinos a los de América y sus Islas, o de unos a otros, allí, y de aquellos a éstos», que desarrollaban la Real Ordenanza de 1777, quedando vigentes hasta, por lo menos,  la década  de  1840.  Complementaria  a esta  legislación postal, existió una  amplia normativa sobre  liberalización del comercio  marítimo entre 1765 y 1784,  que posibilitó la apertura de nuevas rutas comerciales por las que se deslizó el correo en  buques  particulares y de  la Armada Real. En las cifras anuales  de buques  llegados a La Habana, están englobados  los Correos Maríti mos del Estado, y los buques  particulares y de la Armada Real que transportaron correo.

EL ESTUDIO

El tráfico Postal  de España  a Cuba

La media anual de buques con correo despachados desde  España con destino a la Isla de Cuba es de 53 buques/año (ver tabla 1). Los puertos desde los que se deslizó el tráfico postal fueron cuatro: La Coruña, Cádiz, Santander y Canarias. El peso específico de cada uno de ellos fue el siguiente: el puerto con mas buques con correo despachados para la Isla de Cuba fue el de Cádiz, que representó  el 43.5%  del total, seguido de los de las Islas Canarias con el 27.3 %, el de La Coruña (sede oficial de los Correos Marítimos) con el 21.2 %, y finalmente, el de Santander con el 8%.

Microsoft Word - Documento6

El tráfico postal  del resto  de la América a Cuba

La media  anual  de  buques  con  correo despachados desde  las Indias con destino a la Isla de Cuba fue de 187  buques/año. Los puertos desde  los que se deslizó el tráfico postal fueron dieciséis: Campeche, Cartagena de Indias, San Agustín de la Florida, Isla de Trinidad, La Guaira, Maracaibo, Montecristi, Montevideo, Nueva Orleáns, Omoa,  Panzacola (Pensacola), Portobelo, Puerto Rico, Santo Domingo, Trujillo y Veracruz.

Microsoft Word - Tabla II.docx

Los resultados porcentuales  de la tabla 2 ofrecen los siguientes resultados:

1.º Campeche  es el puerto con mas buques  con correo despachados a La Habana (el 19.45%).

2.º De cerca lo siguen los puertos de Nueva Orleáns (con el 15.8%  de los buques arribados a La Habana)  y Veracruz (con el 15.631%). A continuación están los puertos de San Juan de Puerto Rico (con el 10.83%), Santo Domingo (con el 9.78%),  Cartagena de Indias (con el 7.8 1 %), San Agustín de la Florida (con el 6.4%)  y La Guaira (con el 5.68%); puertos  que  superaron  todos el 5%  de los buques despachados con destino a la capital de la Isla de Cuba a fines del siglo XVIII.

3.º  El  resto  de  los puertos  no  logra alcanzar cada  uno  de  ellos el 3%, siendo los de tráfico postal más bajo, los de Montecristi (con el 0.91%), Maracaibo, Omoa y Portovelo, con el 0.18%  cada uno de ellos.

 

En la tabla 3 se muestran los datos totales del, valor del. correo enviado desde ocho áreas geográficas de mayor o menor amplitud a La Habana. Estos resultados ofrecen  una  visión distinta a la mera  suma  del número  de  barcos  con  correo llegados a la Isla de Cuba. Sin embargo, el valor del correo no tiene porqué  ser sinónimo del volumen, pues sencillamente pueden transportarse pocas cartas con pesos muy altos y, por tanto, de alto valor en los portes. De las cifras se extraen las siguientes conclusiones:

1.º El área de procedencia  con valor postal mas  alto es Nueva España, que engloba Veracruz (y administraciones agregadas), México (y administraciones agregadas) y Campeche, representando en conjunto el 35.45% del valor total del correo a La Habana a fines del siglo XVIII.

2.º Le sigue de cerca el área de las Islas de Barlovento que aglutina Puerto Rico, Santo Domingo, Montecristi y la Isla de Trinidad (con el 27.98%), y ya algo mas alejados los «Territorios del Norte», con los puertos  de Panzacola de la Florida, Nueva Orleáns y Filadelfia (con el 21.53%).

3.º El resto de áreas geográficas no representan conjuntamente el 15%.

Así, Santa Fe (formada por los puertos de Cartagena de Indias, Guayaquil, Panamá, Portovelo, y las ciudades de Quito y Santa Fe), representa el 9.16%; Venezuela el 3.4%; y ya muy de lejos, les siguen las áreas del Río de la Plata (con el 0.27%),  el Perú (con el puerto de Lima-El Callao (1.73%) y Guatemala, que engloba toda la Capitanía General con los puertos de Honduras, Omoa y Trujillo (con el 0,48  del valor postal total).

Microsoft Word - Tabla III.docx

Es obvio que estas cifras pueden ofrecer pistas inequívocas sobre la rareza del correo llegado a la Isla de  Cuba, según  su área geográfica de  remisión. Nueva España, las Islas de Barlovento y las ciudades de los «Territorios del Norte» fueron las zonas con las que la Isla de Cuba se relacionó de manera preferente a fines del siglo XVIII.