2005, Fue noticia — 3 de marzo de 2005

Honores filatélicos para Mingote

por

ANTONIO MINGOTE miembro de honor de la  ACADEMIA HISPÁNICA DE FILATELIA

MADRID. El académico de la Española y colaborador de ABC Antonio Mingote Barrachina ha sido nombrado miembro de honor de la Academia Hispánica de Filatelia. Con esta distinción se reconoce su vinculación con el Correo español y su popularidad como diseñador de una emisión de sellos emblemática.

La Academia Hispánica de Filatelia, reflejo del carácter cultural de esta afición, nació en 1978 para fomentar el estudio y difusión de la filatelia en todos sus campos, con especial atención a los sellos de España y los de sus dependencias postales de África, América (Puerto Rico y Cuba) y Filipinas, así como los del Principado de Andorra.

La idea de constitución de esta Academia, que aspira actualmente al título de «Real», es antigua, pues fue preconizada en 1930 por Pedro Monge Pineda, uno de los grandes eruditos de la filatelia española del pasado siglo. Tras múltiples vicisitudes, debidas sobre todo al abatimiento del coleccionismo de sellos tras la guerra civil, en 1978 nacía la «Academia Hispánica de las Artes, Letras y Ciencias Filatélicas», cuya sede se estableció inicialmente en Barcelona.

Actualmente tiene sus instalaciones en un piso de la calle Mayor de Madrid y cuenta con medio centenar de académicos de número, además de correspondientes en todo el mundo.
La vinculación de Mingote con el Correo y los temas postales se remonta a 1998. Ese año, la empresa pública de Correos y Telégrafos le otorgó el título de «Cartero Honorario de España», distinción que reconoce a aquellas personas que, sin ser funcionarios del Cuerpo, han prestigiado a esta organización en algún momento de su carrera.
Correspondencia epistolar 

El académico, que desde entonces ha mostrado públicamente su orgullo por este título de cartero honorario, diseñó los 24 sellos que compusieron la primera emisión destinada a la correspondencia epistolar escolar.

Todos los sellos muestran escenas protagonizadas por Don Quijote y su escudero Sancho Panza, tratadas con la habitual ternura y humor del genial dibujante. Estos timbres alcanzaron una enorme popularidad y sirvieron para poner en marcha un programa educativo diseñado por los Ministerios de Educación y Cultura y de Fomento para animar a los escolares a escribir cartas.