Buceando..., Fruslerías — 15 de diciembre de 2013

La «nueva prefilatelia»

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Buceando en la Historia de la Filatelia 026

Publicado en Revista de Filatelia (julio/agosto 2001)

 

La prefilatelia nació como coleccionismo de las marcas que el Correo estampaba en el frente o en el dorso de las cartas para desarrollar con eficacia su transporte y posibilitar el correcto cobre de las tasas que por dicho servicio le correspondían. Aunque las colecciones de cartas que se hacían con ese criterio se exponían en las exposiciones bajo el apartado de “historia postal”, en realidad no eran otra cosa que marcofilia, amor por las marcas, coleccionismo de marcas.

La Historia Postal es mucho más,  va mucho más lejos. Es cierto que también estudia y colecciona las marcas postales, pero no sólo las estampadas con un cuño de madera, bronce, hierro o plata, sino cualquier inscripción, nota o señal (cortes de desinfección por ejemplo) que contenga la carta. Además la Historia Postal no las va recogiendo sólo porque unas sean diferentes a las otras, sino que las estudia  desde la perspectiva de su significación postal.

Fig 1-26

Sobrescrito dirigido al Correo Mayor de la «provincia de Cataluña»

La carta que hoy reproducimos es un verdadero tesoro de nuestra Historia Postal. No obstante hace unos años hubiera sido despreciada por la mayor parte de los coleccionistas, ya que en casi todos se regían por el único criterio de si tenían o no tenían la marca que llevara impresa (algo así como un coleccionismo de cromos, aunque más culto, más sofisticado: este tengo y este me falta).

Se trata de una cubierta que carece de marca alguna, ni manuscrita, ni estampada. Toda la gracia de esta pieza es que va dirigida a “Rafael Cortada (…) Correo Maior de la provincia de Cataluña”

Es, por consiguiente, una pieza significativa de nuestra Historia Postal porque su destinatario fue el último que ocupó el principal cargo de correos en Cataluña antes de su incorporación a la Corona de España.

Rafael Cortada era descendiente de los Ferrán, familia que poseyó el título de Correo Mayor del Principado desde que en el año 1539 fuera nombrado Antonio Ferrán como tal.

Ese título tenía su origen en los privilegios que en 1488 le fueron concedidos a la Cofradía de Marcús, según los cuales los cofrades de este gremio, cuando fuera preciso nombrar un hoste de correos en el Principado de Cataluña y en los Reinos de Aragón y Valencia, debían reunirse en la capilla de Nuestra Señora de la Guía en Barcelona y proponer una terna al rey de la que éste había de elegir a la persona que ocupara el cargo en el plazo de los dos meses posteriores.

Unos años más tarde, el cargo vacante de hoste de correos de Zaragoza fue nombrado antes de que la Cofradía de Marcús propusiera la terna, según las facultades que tenía concedidas. Ante ello interpuso queja ante las Cortes de Monzón y la falta de resultados favorables llevó a los de Marcús a recurrir ante los concellers de Barcelona.

Los concellers, el 20 de diciembre de 1510, reclamaron por carta al rey, pero la cuestión sólo se resolvería en 1515, cinco años después, cuando el rey reconoció los citados derechos en carta dirigida al vice-Canciller.

Sin embargo la Cofradía de Marcús habría de luchar a partir de ese momento con gran firmeza para defender sus privilegios, ya que la muerte de Fernando el Católico, en 1516, condujo a la unificación de la Corona de Aragón  con la de Castilla en la dinastía de los Austrias.

Fue entonces, en 1518, cuando Carlos I nombró a los hermanos Tassis (Simón, Bautista y Mateo) como hostes mayores de correos, para que sólo ellos pudieran despachar correos en todos sus reinos. Con toda lógica pretendieron, en razón de dicho nombramiento, ocupar el cargo del Principado, pero tuvieron enfrente a la célebre Cofradía que, esgrimiendo privilegios anteriores, logró mantener su autonomía durante todo el siglo XVI y XVII, por lo que ni los Tassis, ni sus descendientes pudieron nunca ejercer dicho cargo en Barcelona.

Llegamos finalmente al protagonista de nuestra carta, a D. Rafael Cortada, el último correo mayor, del que se ha conservado una de las grandes joyas de la Historia Postal Española: el “Libre del Offici de Correu Mayor del Principat de Cataluña”  que recoge las cuentas del Correo Mayor de Cataliuña con los Correos Mayores con los que intercambiaba correspondencia (Figueras, Lérida, Perpignan, Tarragona, Tortosa, Valencia y Zaragoza), cuentas con la Capilla Marcús, etc. entre 1691 y 1704.

 

BÉLGICA 2001

 

Bruselas ya acogió en 1982 la primera Exposición Mundial de Historia Postal. Varias colecciones en aquel momento debieron ser descalificadas porque sus propietarios, acostumbrados a los criterios del coleccionismo tradicional, no cumplían con las normas  del certamen derivadas del concepto de Historia Postal.

Casi 20 años después, los que hemos tenido la oportunidad de asistir a al certamen BELGICA 2001 hemos tenido la fortuna de poder contemplar un impresionante stand dedicado a “500 AÑOS DE CORREOS EN EUROPA”, una muestra que se abría con el nombramiento que en 1501 hizo Felipe el Hermoso a Francisco de Tassis, documento que se exponía  en público por primera vez. A partir de esta pieza las joyas aportadas por diversos Museos Postales, Administraciones Postales y colecciones particulares de varios países dejaban boquiabiertos a los visitantes.

También pudimos ver en las colecciones expuestas en las clases de competición cómo ha aumentado el porcentaje de piezas de Historia Postal pura, piezas que van más allá de su contenido filatélico.

Aquí, en España, también comienza a revalorizarse, en el ámbito del coleccionismo, la historia postal entendida en ese sentido más puro, pese a que al coleccionista tradicional acostumbrado a tapar los huecos en las mancolistas de sellos nuevos o usados, de sellos sobre carta o de marcas, le cuesta todavía hacerse a la idea.

Recuerdo cómo hace unos años algún “eminente” filatélico tenido por “experto en historia postal” esbozaba una sonrisa de compasión ante la “excentricidad” del, siempre recordado con cariño, Francisco Lecha, porque había adquirido en una subasta de Christie´s-Robson Lowe unas cartas del siglo XVI y XVII del archivo Corsini ¡que no llevaban marca alguna!.

Sin embargo por esos derroteros andan ya, hoy en día, algunos de los nuestros; como el amigo Fernando Alonso, incansable investigador de los orígenes del correo organizado en España y de las primeras marcas postales manuscritas.