Sumario
I parte
1. Introducción.
1.1. Antecedentes históricos
1.2. Impresión de los sellos
1.3. Calendario oficial
1.4. La regla del 90%
2. Material de archivo.
2.1. Ensayos
2.2. Pruebas
2.3. Maculaturas
3. Filigrana lazos.
3.1. Variedades de filigrana
3.2. El medio real
3.3. El real
3.4. El dos reales
3.4.1. Carmín rojo
3.4.2. Rojo naranja
3.5. Las sobrecargas «Y» de 1855
3.5.1. Carmín rojo – «Y» alta y estrecha
3.5.2. Carmín rojo – «Y» corta y ancha
3.5.3. Rojo naranja – «Y» alta y estrecha
3.5.4. Rojo naranja – «Y» corta y ancha
3.5.5. Parejas mixtas
II parte ver
III parte ver
Aunque siempre catalogadas como tres emisiones distintas, en realidad constituyen una sola emisión con tiradas en papeles y con tintas diferentes.
Parte I.- Brevísimo resumen de estas emisiones postales
1. Introducción
Los sellos de las primeras emisiones de las Antillas Españolas tienen el mismo diseño y abarcan el período clásico filatélico de Cuba y Puerto Rico, las islas caribeñas que fueron los últimos territorios españoles en las Américas. Su período de uso fue el más prolongado (en torno a una década) y seguramente son las emisiones de sellos más estudiadas. Este trabajo se ocupa de los sellos reproducidos al inicio del artículo, todos con el mismo diseño.
1.1. Antecedentes históricos
Cristóbal Colón descubrió Cuba y Puerto Rico a finales del siglo XV. Más tarde Fernando Magallanes tomaría posesión de las Islas Filipinas, donde encontraría la muerte, a principios del siglo XVI (1521).
Tras la independencia de la mayoría de los territorios españoles en el continente americano a principios de los años 1820, España mantuvo esos tres grupos de islas en Ultramar. La Figura 1 muestra un mapa de la década de 1850 donde aparecen las Antillas, América Central y partes del Norte y América del Sur. Cuba y Puerto se identifican por medio del óvalo en rojo que las rodea. Otro mapa más pequeño y a escala más reducida muestra el archipiélago de Filipinas en el Océano Pacífico.

Fig. 1 c.1850 Mapa de las Indias Occidentales, América Central y parte de Norte y Sudamérica. Cuba y Puerto Rico aparecen rodeadas por sendos óvalos de color rojo. El mapa más pequeño muestra el archipiélago Filipino.
Cuba es la protagonista principal de la historia. Desde el principio de la presencia española en el continente americano destacó su privilegiada situación estratégica en el corazón del Mediterráneo americano. Estaba en el cruce de comunicaciones entre la costa este y oeste de América del Norte, entre América del Norte y del Sur así como de Europa a una gran parte de las Américas. En el segundo cuarto del siglo XIX, Cuba experimentó un desarrollo industrial y un crecimiento económico sin precedentes. En sólo 30 años, la producción de azúcar de Cuba creció del 13% al 40% de la producción mundial(1). Añadiendo a ello la producción de tabaco y café, Cuba ser convirtió, hacia 1850, en la colonia más rica del mundo.(2) Algunos de los avances tecnológicos de la época llegaron a Cuba mucho antes que a España. Por ejemplo, el ferrocarril comenzó a operar en Cuba diez años antes de que lo hiciera en España.
Cuba es la sexta isla más grande del mundo con una superficie de 111.000 km2. Un poco menos que Inglaterra. Puerto Rico, sin embargo, tiene sólo alrededor de 9.000 kilometros. Por su parte, el archipiélago de Filipinas, con más de 7.000 islas, cubre casi 300.000 km2.
1.2. Impresión de los sellos
Los primeros sellos tanto de España como de Antillas se produjeron en la Fábrica Nacional del Sello de Madrid (fig. 2). Los de Antillas los grabó José Pérez Varela y fueron impresos por tipografía.

Fig. 2. La Fábrica Nacional del Sello se trasladó en 1861 desde su antigua ubicación en la calle San Mateo nº 5 a la nueva Casa de la Moneda en la plaza de Colón, aunque ambas instituciones mantuvieron su independencia hasta 1893.
El primer sello español se puso en circulación el 1 de enero de 1850 y los primeros de Antillas a partir de 1855 y el diseño que hemos visto al comienzo de este trabajo, era idéntico a los sellos españoles de entonces: el mismo marco y la misma figura circular de la Reina Isabel II en el centro (fig. 3).

Fig. 3. Retrato de la reina Isabel II y el grabado circular de su imagen que apareció en el centro de algunos sellos españoles y en las primeras emisiones postales de las Antillas españolas.
La principal diferencia entre los sellos de España y los de Antillas españolas, además de sus colores y de los períodos de uso, fue su denominación. En los primeros el valor facial se expresó en reales y cuartos de vellón (un real de vellón equivalía a 8 ½ cuartos). En cambio, la moneda colonial española era el real de plata fuerte cuyo valor aproximado eran dos reales y medio de vellón, aunque a efectos contables postales, a veces, se intercambió a por dos Reales de Vellón. La leyenda con los diferentes valores aparecen en el rectángulo inferior del el marco de los sellos, como se ve en la fig. 4. En los sellos españoles se lee simplemente «REAL» o la forma plural «REALES», mientras que el texto de los sellos coloniales es «RL PLATA F.» o su plural «RS PLATA F.»
La primera emision de Antillas la formaban tres valores diferentes (medio, uno y dos reales de plata fuerte) impresos en hojas de 170 ejemplares (17 columnas por 10 filas) impresos en tres tipos de papel distintos Filigrana lazos, filigrana líneas cruzadas y sin filigrana). En aras de la brevedad de esta monografía, de ahora en adelante nos referiremos a la moneda de los sellos de Antillas Españolas simplemente como «real» / «reales», o en lugar del más largo «real de plata fuerte». Las sucesivas impresiones ofrecen distintas variaciones que, en general los hacen bastante fácil de diferenciarlos sin tener que comprobar sus marcas de agua.
En 1855 se efectuaron, por lo menos, dos tiradas en papel hecho a mano, azulado y con filigrana lazos; en 1856 otra en papel grueso, también manual, pero con filigrana líneas cruzadas. Y entre los años 1857 y 1863 se hicieron múltiples impresiones sobre papel blanco de fabricación mecánica; a todas estas últimas impresiones en papel sin filigrana las citaremos como «los sellos de 1857».
Durante casi una década se utilizaron las mismas planchas para imprimir los sellos de Antillas.
Aunque algunas pequeñas diferencias entre los cliches originales se mantuvieron constantes a lo largo de las tiradas, hacia la década de 1860 se comenzaron a observar múltiples defectos de
hacia la década de 1860 muchos sellos comienzan a mostrar múltiples defectos por desgaste o defectos de los clichés que los hacen aún más fáciles de identificar, en particular los correspondientes al valor de medio real que era el de uso más frecuente. Doce clichés dañados de los sellos de medio reale fueron reemplazados en 1863. Se conocen tres moldes o formas de los sellos medio real. En primero estuvo en uso entre 1855 y 1858 aproximadamente; el segundo en 1861, y el último sólo se utilizó brevemente en 1863. También se compusieron dos formas del sello de un real; pero sólo un molde del valor de dos reales puesto que uso era reducido.
En algún momento de 1862 las formas los sellos de medio y un real se limpiaron con una solución ácida a fin de eliminar los grumos de tinta seca y la suciedad que se había ido acumulando a lo largo de tanto tiempo.
A finales de 1864, era tan grande la cantidad de sellos falsos que circulaban en Cuba, que autoridades postales decidieron demonetizar los sellos y emitir un nuevo cada año a partir de 1865. Con ello esperaban situarse un paso por delante de los falsificadores. Durante un tiempo los viejos sellos pudieron canjearse por los recién emitidos.
Sin embargo, a comienzos de 1865 los nuevos no habían llegado a Puerto Rico y tampoco a algunas partes de las Islas Filipinas, por lo que los antiguos ejemplares de la primera emisión postal de las Antillas españolas fueron aceptado durante casi un año y debido a su escasez en ocasiones se usaron en combinación con las nuevas emisiones. En las Islas Filipinas un remanente de existencias de la primera emisión de Antillas fue sobrecargado con la leyenda «habilitado POR LA NACION» y utilizados a finales de 1868 y principios de 1869, pero eso ya se situa fuera del ámbito de este trabajo.
1.3. Calendario oficial
A principios de 1855, se creó un matasellos a propósito para obliterar esta emisión (ver fig. 5) conocido como «parrilla ovalada.»
Con un coste de de 1.022 reales (7 reales por unidad) se hicieron 146 cuños. Sin embargo, sólo en la isla de Cuba, había cientos de oficinas postales, por lo cual muchas de ellas, en particular las más pequeñas, recurrieron a cualquier cosa susceptible de poderse utilizar como cancelación, principalmente cuños de la época prefilatélica, como marcas lineales o circulares sin fechador y también los sellos de fecha circulares conocidos como «Baeza» que habían sido introducidos por primera vez a finales de 1842. Algunos baezas se utilizaron como matasellos hasta 1888.
Sin embargo, hubo varios cientos de oficinas de correos en la Isla de Cuba, solo para los que muchas oficinas de correos más pequeños utilizan todo lo que tenían disponible como canceladores, principalmente las marcas de la época stampless. Este último consistió en handstamps sin fecha en recta o circular nombre de otras ciudades, o los sellos de fecha circulares conocidas como «Baeza» introducido por primera vez a finales de 1842. Algunas marcas de Baeza se utilizaron paracancelar sellos en Cuba hasta 1888. Posteriormente otras ciudades importantes dispusieron de matasellos adicionales de estilos diversos, aunque algunas volvieron a usar marcas prefilatélicas como canceladores.
La gran mayoría de los matasellos «parrilla» se estamparon en tinta negra o azul. Sólo se conoce un puñado de ejemplares en color rojo o verde oscuro.
1.4. La regla del 90%
Esta regla de oro no es el resultado de un estudio científico, pero mis observaciones durante más de tres décadas, y la experiencia de otros estudiosos en la materia durante más de un siglo, lleva a la siguiente conclusión:
Del total de cubiertas franqueadas con sellos de la primera emisión de las Antillas españolas, el 90% se utilizó en Cuba;
el 90% de ellas fueron franqueadas con un sello solo medio real;
el 90% tienen de 1857, sin filigrana;
el 90% circularon dentro de Cuba o España; en el 90% de los casos los sellos se matasellaron con la parrilla ovalada; y en
el 90% de los casos, los sobres o cubiertas se encuentran en mal estado de conservación.
2. Materiales existentes
El material filatélico de esta época guardado en los archivos es súmamente escaso. No se han conservado pruebas de artista, ni los diseños originales
2.1. Ensayos
En la colección del Museo Postal Cubano en La Habana existe un par de grandes bloques de estos sellos impresos en color negro considerados por algunos como ensayos. Sin embargo, a lo largo de los años son varios los estudiosos, incluido yo mismo, que no estamos convencidos de su autenticidad.
2.2. Pruebas
Existen varias docenas de pruebas distintas de los tres valores impresos en diversos colores diferentes a los de los sellos emitidas y publicados y en diferentes tipos de papel sin filigrana. Sin embargo, el número de piezas que sobreviven probablemente no exceda a un par de cientos. Con frecuencia una colección tradicional de Colonias Españolas y también alguna especializada en el primer sello de Antillas españolas, han tenido algunas piezas. La figura 6 muestra una muy pequeña selección de pruebas. La mayoría de las pruebas existentes fueron impresas entre 1857 y 1863 en el papel sin filigrana por lo que muestran señales evidentes de desgaste del cliché.
2.3. Maculaturas
Sólo existe un puñado de «maculaturas» (desechos de impresión) con dobles impresiones. Se conocen ejemplares sueltos, parejas y bloques de cuatro. La mayoría se encuentran inutilizados con rayas de tinta a pluma. Todos los que he podido registrar son del valor de medio real. Un ejemplar suelt y una pareja vertical se reproducen en la figura 7.
3. Filigrana lazos
El papel utilizado para imprimir las primeras Antillas españolas fue fabricado a mano, azul y con un patrón continuo de bucles desplazándose horizontalmente. Existe una amplia gama de grosores del papel y de intensidad en su coloración azulada.

Fig. 9. Sobre de «primer día de emisión» de Antillas Españolas. Sello de medio real para una carta sencilla de La Habana a Santander, España, circulada el 25 de abril de 1855.
Esta impresión se realizó a principios de 1855, y fue enviada a Cuba a bordo del vapor español Conde de Regla (figura 8), que llegó a La Habana el 21 de abril de 1855. Los sellos se pusieron a la venta el 24 de abril, pero las emisiones coloniales españolas no dispensaban en la oficina de correos, sino que eran vendidos por terceros (papelerías, minoristas, etc.), que obtenían una comisión. Las piezas más antiguas que se conservan, están fechadas el día siguiente, por lo cual el 25 de abril, durante más de medio siglo, ha sido designado «día sello» en Cuba. Se da la coincidencia que el mismo barco que llevó los sellos a Cuba fue el que, por primera vez, los retornaría de nuevo a España franqueando cartas. Han sido referenciadas cinco cubiertas de ese «día de emisión» del primer sello cubano; todos tienen en el valor de medio real, y, excepto uno, todos fueron transportados uno por el vapor Conde de Regla. Dos de esas cartas pertenecen a la colección del Museo Postal cubana, incluyendo la única cubierta conocida que se conoce circulada el primer día en el interior de Cuba.Fig. 9. Sobre de «primer día de emisión» de Antillas Españolas. Sello de medio real para una carta sencilla de La Habana a Santander, España, circulada el 25
La mejor de las cinco cubiertas de primer día se muestra en la figura 9, y la única carta de peso múltiple en la figura 10. Esta última fue utilizada para el diseño de sello de Cuba emitido en 2014, formando parte de un conjunto llamado «las siete maravillas de la filatelia cubana . «En ambos casos se utilizó el fechador Baeza prefilatéico. El número 30 a los lados se refiere a la demarcación postal 30, formada por Cuba y Puerto Rico según la división territorial establecida por la Dirección General de Correos de España. A las Islas Filipinas les fue asignada la demarcación postal número 31.a Sevilla

Fig. 10. Cubierta de triple porte circulada el «primer día de emisión» (25 de abril de 1855) de La Habana a Sevilla.
El franqueo fue opcional hasta el 1 de enero de 1857. Cuando se introdujeron los primeros sellos de las Antillas españolas, las nuevas tarifas incorporaron una rebaja para la correspondencia franqueada. La tarifa establecida en las islas de Cuba y Puerto Rico, y de estas islas a España, fue de medio real para cada media onza. El 20 de mayo de 1859, las tarifas de correo marítimo de Cuba y Puerto Rico se duplicaron, pasando a ser de un real por cada media onza, pero para el interior de cada isla, la tarifa siguió siendo la misma. La de las Islas Filipinas para España era de un real por media onza.
Posteriormente, aunque también en 1855 se enviaron los tres valores a Puerto Rico. Los de uno y dos reales fueron igualmente remitidos a Filipinas. En las Islas Filipinas estos sellos se utilizaron casi exclusivamente para la correspondencia dirigida a la península. Allí no fue necesario el valor de medio real. La figura 11 muestra una carta de triple porte enviada desde Manila a Ribadeo, España, con los únicos dos sellos de la primera emisión de las Antillas españolas disponibles en demarcación postal 31. Los sellos con filigrana líneas cruzadas o sin marca de agua no fueron enviados a las Islas Filipinas.

Fig. 11. Cubierta de triple porte de Manila a Rivadeo, Spain, via Marseille, franqueada con un sello de un real y otro de dos reales de 1855.
En septiembre 1855 se envió a Cuba una segunda remesa de sellos impresos en el mismo tipo de papel pero con tonos de color diferentes. La variación del tono de color de los valores de medio y un real fueron relativamente menores. Por el contrario, los nuevos de dos reales tenían un color completamente diferente, un color rojo anaranjado, cuando el de los anteriores era carmín rojo. Estos ejemplares de dos reales en color rojo anaranjado solamente se usaron en Cuba. Como en Filipinas la tarifa de correos más reducida era un real, los sellos de medio real nunca fueron utilizados en esas islas, como ya hemos adelantado.
Resulta sorprendente que habiendo estado circulando esta emisión durante diez años, hasta el momento sólo haya registrado la existencia de una carta franqueada con los tres valores ya sea con ejemplares de un tipo de papel u otro. Véase en figura 12 una envuelta oficial con un peso de 8,5 onzas enviada por correo certificado de Cárdenas a La Habana en 1855. El franqueo de nueve reales y medio, formado por un sello de medio real, otro de un real y una tira de cuatro de dos reales, supone el pago de 17 portes sencillos más un real de la tasa fija por envío certificado.
Todos los sellos tienen filigrana bucles. LAA marca «CERTIF» indica que se trata de un envío postal certificado.
Desde el siglo XVI el correo español utilizó aspas manuscrita posteriormente sustituidas en algunos casos por otras marcas como los múltiples «0» estampados alrededor del frente del envío como indicación de su especial condición de correspondencia certificada.

Fig. 12. Plica oficial enviada por correo certificado de Cárdenas a La Habana. Su peso de 8.5 onzas, equivale a 17 veces la tarifa básica. Es la única pieza conocida en la que se hallan conjuntamente los tres valores de la emisión.
3.1. Variedades de filigrana
Estas marcas de agua se aplicaron en grupos de cinco filas alternadas con grupos de seis filas en las que los bucles se intercalan con las filas encima y por debajo. En las uniones de los grupos de cinco y seis en cada hoja de los bucles superior e inferior coinciden. La Figura 13 muestra los principales tipos de variaciones bucles de marca de agua y su frecuencia aproximada.

Fig. 13 Proporción existente de cada clase: Tipo 1. ~ 85%, tipo 2. ~15%; tipo 3. >1% ; y tipo 4. < 1%
Únicamente los coleccionistas más compulsivos son capaces de pagar mucho por estas variedades de marcas de agua.
3.2. Medio Real
De todos los sellos emitidos en 1855, el valor de medio real con filigrana bucles (más habitualmente conocida en filatelia como «filigrana lazos») fue, con gran diferencia, el más utilizado. De él se emitieron 3.272.500 ejemplares en 19.270 hojas. El control de calidad no parece que fuera algo prioritario para los empleados de la Fábrica Nacional del Sello de entonces y, en consecuencia, se conoce una gran variación en el color en las tintas utilizadas que van desde el azul verdoso claro, al verde negro. Este último es mucho más escaso. Aunque los sellos se agotarían en un año, se conoce un ejemplar usado en fecha tan tardía como 1863.
La cubierta de la figura 14, una carta enviada por correo certificado desde La Habana a Madrid en 1856, es la única pieza de correo certificado de Cuba enviada al extranjero conocida hasta la fecha. Un sello de medio real sirvió para pagar la tarifa de una carta sencilla y los otros dos para satisfacer los derechos de certificado que ascendían a un real.
Hasta finales de la década de 1880 la normativa postal española exigía a las las administraciones de destino la devolución del frente o la cubierta de las cartas con la firma de su destinatario («recibí») y se tenían que conservar un período de tiempo a disposición del remitente por si lo reclamaba como garantía de la entrega; transcurrido el plazo establecido, se destruían mandándose quemar. Nótese la débil anotación manuscrita en la parte inferior izquierda «Recibido el 22 de enero».

Fig. 14. Carta sencilla certificada de La Habana a Madrid. Esta es la única pieza conocida con sellos de la primera emisión circulada a Europa por correo certificado.
3.3. Un Real
Fueron emitidos en total 522,750 sellos de un real sobre en papel con filigrana lazos (3.075 hojas), un sexto del número de sellos medio real. La gama de colores no es tan amplio como el del valor medio real, variando desde el verde claro al azul verde.
3.4. Dos Reales
Los diferentes tonos de color no permiten distinguir con certeza los ejemplares de medio real y un real de Antillas enviados en abril 1855 de los enviados en septiembre de ese mismo año. Por el contrario, sí existe una clara diferencia de color entre los de dos reales de esas dos remesas.

Fig.15. Correo oficial. Envío de La Habana a Matanzas. Para un peso de hasta 8 onzas, es decir 126 portes. Es el mayor franqueo múltiple conocido del valor de dos reales carmín-rojo con filigrana lazos.
3.4.1. Carmín rojo
Los sellos de dos reales l color carmín rojo fueron los primeros en ser impresos y distribuidos en Cuba, Puerto Rico y las Islas Filipinas. Se confeccionaron 182.750 sellos (1075 hojas), poco más de una vigésima parte de los de medio real. Ese facial se utilizaba muy poco en Cuba y Puerto Rico. La gran mayoría se usó en Filipinas, porque era el valor que servía para cubrir la tarifa de una carta de hasta una onza de peso dirigida a España .
El frontal de la figura 15 muestra el múltiple más grande conocido hasta la fecha. Es un sobre de tela circulado en 1855, dentro de Cuba, desde La Habana al Gobernador Militar de Matanzas. El franqueo de 63 reales está formado por un bloque de 21 y otro de 10 sellos de dos reales más un ejemplar de un real sello con el borde superior de hoja con leyenda; es decir, un total de 126 portes, equivalente a un peso de hasta ocho libras. Es de suponer que los sellos de dos reales fueron cancelados a pluma para ahorrar tiempo.
3.4.2. Rojo naranja
Estos sellos llegaron a Cuba el 8 de septiembre de 1855, la única isla en la que estuvieron disponibles. Se imprimieron 340.000 (2.000 hojas). A pesar de que la cantidad de sellos de color rojo anaranjado fue casi el doble que los de color carmín rojo, el uso de los primeros en la correspondencia es mucho más raro. Sólo se conocen alrededor de cinco cubiertas con este sello. Al parecer muchos 2 reales rojo anaranjado se utilizaron para pagar los portes de los paquetes de periódicos enviados por correo. La figura 16 muestra un bloque de cuatro cancelados con el matasellos típico utilizado para periódicos, un rectángulo de ocho largas barras paralelas .
Uno de los pocos ejemplares del dos reales de color rojo anaranjado que han sobrevivido en carta, está reproducido en la figura 17. El par de sellos media-real ha cruzado marca de agua forrado y se publicó en 1856. Este envío de correo oficial oficial fue remitido por el alcalde de Pinar del Río al capitán regional en Consolación del Sur. Era una carta de cuádruple peso circulada por correo certificado (4 portes = 2r. + 1r. por los derechos de certificado, total 3 reales). Tiene las marcas típicas que se aplicaban a los certificados.

Fig. 17. Correo oficial. Carta certificada de Pinar del Rio a Consolación del Sur. Franqueo de cuatro portes.
3.5. Las sobrecargas «Y» de 1855
En el siglo XIX la población de La Habana se aproximaba a los 200.000 habitantes. Tenía una próspera comunidad empresarial que exigía un servicio postal correo avanzado. El 19 de noviembre de 1855 se inauguró un servicio de correo local que seguía dos rutas, con tres recogidas y entregas diarias dentro de la ciudad de La Habana y sus suburbios. La tarifa para este nuevo servicio se estableció en ¼ de real. Se trataba de una tarifa fija por envío, con independencia de su peso y de la distancia dentro de la ciudad.
Como no había sellos de un valor facial de ¼ de real, se decidió sobrecargar con «Y ¼» (Y = Ynterior, ¼ real) 200.000 sellos de dos reales (aproximadamente 1.176 hojas), para los que había muy poca demanda. La sobrecarga fue impresa en el taller del impresor local Arazoza & Co. Al carecer de 170 caracteres con el mismo tipo de letra «Y», necesitó utilizar dos tipos diferentes. Uno con la «Y», más alta y estrecha, con una altura de 5.75, ocupaba las siete filas superiores (119 sellos). Otra «Y», más corta y ancha con una altura de 4,5 mm, completaba las tres filas inferiores de la hoja (51 sellos).En la figuro 18 se puede ver la distribución de las sobrecargas.
Dado que sólo se enviaron a Cuba 174.250 sellos dos reales carmín rojo (1025 hojas) y, además, algunos de ellos se habían utilizado entre abril y noviembre, la sobrecarga se estampó sobre sellos de los dos colores carmín rojo y rojo-naranja. No hay documentación sobre la cantidad utilizada de cada color s, pero un análisis de ejemplares existentes en la actualidad, muestra un gran predominio del color rojo carmín. Existen diversas estimaciones de los porcentajes de cadaa uno de ellos. Yo calculo que aproximadamente el 85% son carmín rojo y sólo alrededor del 15% de color rojo anaranjado. Si a ello añadimos que el 70% de los sellos de cada hoja tenían la «Y» alta y estrecha, mientras que la «Y» del 30% restante era del tipo corto y ancho, el resumen al que se puede llegar lo detalla la figura 19.

Fig. 19 Los 4 tipos de sellos con sobrecarga «Y ¼ «. Porcentaje existente de cada uno de ellos (de izquierda a derecha): ~5% ~10% ~25% y ~60%.
Estos sellos son considerados como la primera emisión postal provisional del mundo y así mismo la segunda emisión sobrecargada, después de los utilizados en 1846 por la compañía City Dispatch Post que operaba en la ciudad de Nueva York. Sin embargo, también son los primeros sellos sobrecargados del mundo con validez dentro de un país dentro de un país, ya que los sellos del servicio local La Habana no sólo fueron aceptados para el correo interior de la ciudad de La Habana, sino que también se usaron en la correspondencia remitida a otros lugares de la isla y dirigida desde fuera de la capital-.
Son numerosas las variedades de la sobrecarga constantes a lo largo de la tirada, la mayoría de poca relevancia. La más llamativa es la sobrecarga en la que falta la barra de la fracción, véase un ejemplar matasellado en la figura 20.
3.5.1. Carmín rojo – «Y» alta y estrecha
Estos son los más frecuentemente encontrados Y. sobrecargada sellos de 1855. Sellos nuevos son raros y ejemplos sobre la cobertura son relativamente escasos. Estos sellos se agotaron en menos de cuatro años. Los mayores múltiplos de menta conocidos son pares verticales. La gran mayoría de las tapas tiene un solo sello y se abordaron dentro de la Ciudad de La Habana, ya que 10 estaban destinados a ser utilizados. Circulares impresas, cartas simples y de doble peso fueron acusados. real. Hay algunas portadas dirigirse fuera de La Habana franqueados con sellos de dos Y. sobrecargados. Pagaron la cuota interna dentro de la isla de. real. Su número no supere una media docena. La figura 21 muestra una cubierta rara con dos sellos con el recargo Y.. Fue enviado desde La Habana a Cárdenas en 1857.

Fig. 21. Carta sencilla de La Habana a Cárdenas franqueada con dos sellos rojo-carmín sobrecargados con la «Y» alta y estrecha..
3.5.2. Carmín rojo – «Y» corta y ancha
Los sellos sueltos matasellados son escasos y los ejemplares nuevos muy raros . En nuevo, el mayor múltiple existente hoy, es un extraordinario bloque de 12 que posee el Museo Postal Cubano. No se conoce ningún múltiple en manos privadas. Las cubiertas son también muy escasos. La figura 22 reproduce el uso normal de este sello en una cubierta circulada dentro de La Habana en 1858.

Fog. 22. Carta del correo interior de La Habana. Sello carmín-rojo con la sobre carga «Y» corta y ancha.
3.5.3. Rojo naranja – «Y» alta y estrecha
Los ejemplares usados son relativamente raros y sólo se conocen unos cinco sellos en nuevo. Las cubiertas son raras. No se conocen la existencia de múltiples en nuevo.
En la figura 23 se puede ver un ejemplar utilizado fuera de la Habana, un uso muy raro pero la prueba de que estos sellos eran válidos para el franqueo en toda la isla. Es una carta sencilla enviada desde Matanzas a La Habana en 1858.

Fig. 23. Carta sencilla de Matanzas a La Habana franqueada con dos sellos rojo-naranja con la sobrecarga Y¼ alta y estrecha.
3.5.4. Rojo naranja – «Y» corta y ancha
De los cuatro tipos de Y, éste es el más raro de todos los sellos sobrecargados. Se estima que únicamente se emitieron alrededor de 9.000 sellos. Usados son raros y sobre carta de una rareza extrema. Hasta el momento han sido registrados sólo dos ejemplares sin usar. La figura 24 muestra la mejor de las cuatro cubiertas conocidas, circulada en el interior de la ciudad de La Habana en 1857.

Fig. 24. Correo local de La Habana. Carta franqueada con sello rojo-naranja con la «Y» de la sobrecarga corta y ancha.
3.5.5. Parejas mixtas
Las parejas mixtas con los dos tipos diferentes de sobrecarga, son extremadamente raras porque la gran mayoría de estos sellos se utilizaron individualmente. A partir de una hoja de 170 sellos existen 313 combinaciones posibles de obtener una pareja . Si sólo se cuentan las parejas verticales, el número de posibilidades baja a 153. Pero para tener los dos tipos de sobrecarga, es preciso que además de ser una pareja vertical, un sello corresponda a la fila VII y otro a la VIII. Si las parejas se hubieran cortado al azar la posibilidad de obtenerla con los dos tipos de sobrecarga es sólo el 5,4%. Por ello son de una rareza extrema y únicamente se conoce la existencia de dos pareja del sellos carmín rojo y una del color rojo anaranjado.
La siguiente pieza, reproducida en la figura 26, es excepcional en muchos sentidos. Es el frontal de una carta enviada desde La Habana a Cárdenas. Fue transportada por el ferrocarril a cargo de un agente de correos que estampó la marca circular «F. C. D. CARDENAS». La pareja de sellos color rojo anaranjado tiene los dos tipos de sobrecarga «Y ¼ «, Es la única pieza conocida y fue matasellada con dos» 0 «, que era la práctica utilizada con frecuencia en el ferrocarril y en los vapores costeros. Las posibilidades de que obtener una pareja con los dos tipos de sobrecarga «Y ¼ » en sellos de color rojo anaranjado son únicamente del 0.81%.
En 1910, el Dr. Antonio Barreras, un estudioso pionero de la historia de la filatelia y postal cubana, escribió sobre esta pieza describiéndola como «la joya de la Filatelia Cubana». (3) Esta pieza fue reproducida en 2014 en un sello de Cuba formando parte de una serie llamada «las siete maravillas de la filatelia cubana.» Son muchos los que la consideran la más importante de la Filatelia cubana.

Fig. 26. Carta sencilla de La Habana a Cárdenas transportada por un agente del ferrocarril. Está franqueada con la única pareja conocida del sello ojo-naranja con los dos tipos de sobrecarga «Y» . Se considera la pieza más importante de la filatelia cubana.
Notas:
(1) Thomas, Hugh. Cuba, The Pursuit of Freedom. and The Slave Trade: The Story of the Atlantic Slave Trade, 1440-1870
(2) Garrido Buj, Santiago. Introducción a Catalog of Cuban Forwarding Agents de Adolfo Sarrias (en preparación).
(3) Barreras, Antonio. Revista del Círculo Filatélico de Cuba. Año 1, No. 1, Habana, Abril de 1910, pp. 2-4. 12
(4) Prats, Ignacio and Kouri, Yamil H., Jr. The Use of the Y. Stamps and the ‘Correo Interior’ Marking. The Cuban Philatelist. Vol. X, No. 28, April 1998, pp. 59-62.