Buceando..., Fruslerías — 9 de junio de 2014

Las primeras marcas prefilatélicas de España

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Buceando en la Historia de la Filatelia 043

Publicado en Revista de Filatelia (agosto 2003)

Las primeras marcas prefilatélicas de España

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A la pregunta de cuál cual es la fecha de la primera marca prefilatélica de nuestro país suele contestarse que 1717, ya que el día 1 de enero de aquel año entraba en vigor el decreto de ordenación postal en el que se regulaba el sello negro para uso de las franquicias postales y se instauraba el uso de las marcas postales de origen, de la que la primera que conocemos utilizada es la de Oviedo, en el mismo mes de enero, pocos días antes que las primeras que han llegado hasta nosotros de Cádiz y Barcelona.

Solemos, así,  pasar por alto que con anterioridad ya fueron utilizadas otras marcas:

1.- Unas manuscritas, principalmente de porteo y de certificación

2.- La de cuño circular, posiblemente de Madrid, que, dentro de un círculo tiene una cruz con una estrella en cada cuadrante; de la cual se conocen varios varios tipos cuyo origen y significado sigue siendo una incógnita.

3.- Las marcas de origen (manuscritas y de tampón) del ejército francés en España durante la Guerra de Sucesión. Aparte las citadas de Madrid, la marca no manuscrita más antigua utilizada en España es la del ejército francés DELARMEDECATALOGNE.

 

1701-1714 La Guerra de Sucesión

Carlos II nacía en 1661 fruto de la última unión sexual de Felipe IV, como el propio y gastado rey confesara. Vino al mundo raquítico, su lactancia duró cuatro años y siempre fue un personaje enfermizo que no hubiera logrado sobrevivir a su infancia de no ser por los especiales cuidados de su madre y su aya. Mal educado (no supo leer y escribir hasta los diez años), con una depauperada salud que le hacía disimular su debilidad agarrándose a los cortinajes para mantenerse en pie durante las recepciones, fue un claro exponente del fin de una dinastía. Con él había de acabar el reinado de los Austrias en España.

El reinado de Carlos II estuvo marcado por las intrigas políticas por manejar los destinos del país y determinar la sucesión al trono. El monarca francés, Luis XIV maniobró durante años en  busca de hacerse con la corona española en favor de un descendiente suyo.

De tales intrigas no sería la menos famosa la que le mereció el título de «el Hechizado», con el que pasaría a la historia. Carlos II llegó a creer que la razón por la que no lograba tener descendencia era por estar poseso o hechizado. Ello le llevó a someterse a exorcismos en el convencimiento de que el origen de sus males no era natural, sino fruto de un maleficio u obra del diablo. Actor principal de estas intrigas fue su confesor, el dominico Froilán Díaz, catedrático de Prima en la universidad de Alcalá y fray Mauro Tenda, un exorcista saboyano que fray Froilán llevó al rey para que iniciara las acciones usuales de exploración y examen del rey para confirmar que estaba poseído por el diablo. El final de estas patrañas se logró cuando la reina logró que, ante la inesperada muerte del inquisidor general, Rocaberti nombrado a instancias de fray Froilán Díaz, se nombrase como para tal cargo a persona de su confianza, el obispo de Segovia. En enero de 1700 era destituido fray Mauro Tenda y en marzo retiraba a fray Froilán Díaz como confesor del rey, mandando se recluyera en el convento de San Pablo de Valladolid, pero por miedo a la Inquisición fray Froilán huyó a Roma, donde sería detenido a instancias del embajador español, enviado a España y preso en las cárceles de la Inquisición en Murcia.

Como era de prever Carlos II murió sin descendencia masculina. La inexistencia de sucesión en las ramas colaterales confirmó la extinción de la Casa de Austria.

A partir de 1701 tiene lugar la primera guerra civil española, la guerra de sucesión que se desarrollaría tanto en la península como fuera de ella abarcando casi toda Europa, aunque principalmente tuvo lugar, además de la península y Baleares, en la provincias flamencas e Italia.

La guerra fue el enfrentamiento entre los partidarios de la Francia de Luis XIV (Carlos II legó el trono a Felipe de Anjou) y los de Austria. Tras el nombramiento de Felipe V, el Leopoldo I, emperador de Austria, intentó por la fuerza imponer los pretendidos derechos sucesorios de su hijo el archiduque Carlos. Por celos con la casa de Borbón y el temor de la unión de las coronas de Francia y España, Inglaterra y Holanda se aliaron con Austria, poco después (1703) lo harían Portugal y el duque de Saboya (a pesar de ser el suegro de Felipe V).

La guerra hubiera terminado tras el tratado de Utrecht (1713), si no hubiera sido por el enconamiento de catalanes y mallorquines que siguieron la lucha hasta que Felipe V obtuvo la rendición de Barcelona el 11 de setiembre de 1714 tras una resistencia heroica que daría origen a la actual fiesta nacional de Cataluña.

Las principales consecuencias fueron de gran trascendencia histórica:

  1. Se inició el reinado de los Borbones en España.
  2. Cataluña y Aragón perdieron sus fueros.
  3. España perdió Gibraltar y Menorca en favor de Inglaterra. Por lo demás, salvó la unidad nacional; pero a partir de entonces, en buena parte, su papel en Europa sería el de un satélite de Francia.
  4. Se liquidó el imperio colonial español en Europa (Países Bajos, Milán, Nápoles, Cerdeña y los Presidios de Toscaza. A la hegemonía española en Italia le sucedió la de Austria.
  5. Francia perdió su hegemonía política y militar en Europa aunque no sufrió pérdidas en su territorio (salvo en las colonias).
  6. España otorgó a Inglaterra importantísimas concesiones económicas como la participación en el comercio americano, rompiendo el férreo monopolio que hasta entonces había ejercido.

Las marcas de origen

Aparte otros antecedentes, la presencia francesa en la península durante la Guerrra de Sucesión (1701-1714) supuso el inicio del uso de las marcas prefilatélicas de origen. Primero serían de forma manuscrita, luego estampadas mediante un sello y un tampón, para posteriormente que la Dirección general de Postas, como hemos recordado, en 1717, instaurara su utilización reglamentada en toda la metrópoli.

Figura 1

Figura 1

La fig. 1 reproduce una marca manuscrita en carta fechada en este período que indica su origen en España (fig.2). Esta carta fue escrita en Ciudad Rodrigo el 1 de agosto de 1709.

Figura 2. Detalle de la marca manuscrita

Figura 2. Detalle de la marca manuscrita

La fig. 3 reproduce la marca en francés «de Andalucia» manuscrita en una carta fecha en Cádiz el 6 de mayo de 1714 (fig. 4).

Figura 3

Figura 3

Figura 4

Figura 4

Por último vemos ya en la fig. 5 una carta fechada en «au camp de St. Genès» el 27 de julio de 1708 con la extraordinariamente rara marca  «DELARMDECATALOGNE» exponente de que el remitente de la carta era miembro del ejército francés en operaciones en Cataluña durante la Guerra de Sucesión. Se conoce otra carta con la misma marca fechada el 15 de febrero de 1711 que pertenecía a la célebre colección Lecha.

Figura 5 - La primera marca postal militar utilizada en España

Figura 5 – La primera marca postal militar utilizada en España

La prefilatelia no es sólo marcofilia

La escasez de trabajos de historia postal de la época prefilatélica española hace que la mayor parte de los coleccionistas se apoyen exclusivamente en el catálogo de marcas «Prefilatelia Española» de Guinovart y Tizón, convirtiéndose la mayor parte  de ellos en meros coleccionistas de marcas (marcofilia). Los autores de esta obra cuando llevaron a la imprenta la primera edición se limitaron a copiar marcas y fechas de los apuntes que había realizado el ya entonces fallecido Pedro Monge. La segunda edición siguió el mismo camino de la primera. Esperemos que la tercera, cuya publicación prepara Edifil para el próximo año incorpore un más amplio contenido de historia postal Un contenido que no se limite a referenciar unas listas de mapas postales y bibliografía especializada que, si se leyera, obligaría a cambiar buena parte del texto de la obra.

El reto de los estudiosos actuales es incorporar a la recopilación de marcas los correspondientes trabajos de investigación de la historia postal española que permita conocer los verdaderos itinerarios de cada momento histórico, las diferentes tarifas postales y las marcas de porteo, la correspondencia española cursada por medios distintos al correo regulado por la dirección General de Postas de España (correo militar francés en España, correos españoles en los Países Bajos, correo español en Italia, etc.), las catalogación y estudio de las marcas manuscritas (el citado catálogo sólo incorpora las marcas manuscritas de certificado, excluyendo las de franqueo previo, de abono, etc. por razones no explicadas que, desde luego, no obedecen a ningún criterio científico objetivo).

En fin, que para los que quieran trabajar, existe todo un mundo por descubrir, algo que están haciendo estudiosos como Luis María Marín en Navarra, Andrés García Pascual en Galicia, Sergio González Falcón en Canarias, Fernando Alonso en León y correo español anterior al siglo XVIII, José Manuel López Bernal en correo marítimo y correo colonial español, Antonio Cuesta en Filipinas o Yamil Kourí en el área del Caribe, por citar tan sólo algunos ejemplos.