Dependencias postales, Filatelia — 11 de marzo de 2014

Los segundos sellos sobrecargados del mundo.

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Publicado en la Revista de la Federación Interamericana de Filatelia nº 22. Octubre 2011

La filatelia de las Américas destaca por haber sido una de las primeras en adoptar varias de las novedades postales que hicieron su aparición a mediados del siglo XIX. Por ejemplo, casi todos saben que en 1843 Brasil fue el segundo país del mundo en emitir sellos de correos aceptados dentro de toda la nación. Es menos conocido que varios años más tarde, en 1846, se produjeron los primeros sellos sobrecargados del mundo en los Estados Unidos. Sin embargo esta emisión, del United States City Despatch Post, fue válida exclusivamente para el correo local dentro de la ciudad de Nueva York y no en todo el país. Los segundos sellos sobrecargados del mundo, especialmente emitidos en Cuba para el franqueo de la correspondencia en el interior de la ciudad de La Habana en noviembre de 1855, fueron los primeros cuyo uso fue admitido dentro en toda una nación o territorio. Tuvieron validez postal en toda la isla de Cuba, y en teoría, incluso para la correspondencia al exterior, aunque hasta ahora no se conocen ejemplares con este tipo de uso. Además, es la primera emisión provisional del mundo, a pesar a haber estado en uso muchos años, hasta por lo menos 1860. Oficialmente a estos sellos no se les retiró su validez hasta 1865. Este breve artículo describe las características de tan interesante emisión que ocupa un lugar importante en la filatelia mundial. Los primeros sellos de las Antillas Españolas, impresos en la Fábrica Nacional del Sello en Madrid, llegaron a Cuba en abril de 1855 y fueron puestos en circulación el día 24 del mismo mes. Una segunda remesa llegó a la isla en septiembre de 1855. Todos los sellos impresos en 1855 se produjeron en papel con filigrana con lazos continuos horizontalmente. Los tres valores faciales de esta emisión fueron de medio, uno y dos reales de plata fuerte. Los sellos de dos reales de la primera remesa son de color rojo carmín mientras que los de la segunda son de color rojo ladrillo. Se enviaron 182,750 sellos de color rojo carmín y 340,000 sellos de color rojo ladrillo de dos reales. Hacia mediados del siglo XIX La Habana se había convertido en una de las ciudades más importantes de América con una población de alrededor de 135,000 habitantes. A mediados de 1855 se decidió establecer un servicio de correo interior en los barrios de la ciudad de La Habana, similar al que existía en otras capitales importantes del mundo. La tarifa para este nuevo tipo de correspondencia se fijó a un cuarto de real, la mitad que para el resto de la isla. Esta tarifa era independiente del peso de las cartas, por lo que no puede haber piezas del correo interior de La Habana con franqueo múltiple. Como no existían sellos de dicha denominación, se sobrecargaron los sellos de dos reales. Se seleccionaron los sellos de este valor porque nunca tuvieron mucha circulación. Dos reales, en principio era el coste de una carta de cuádruple porte cuádruple, es decir,  hasta dos onzas, y eso no ocurría con mucha frecuencia. De hecho, muchos de los sellos de dos reales terminaron utilizándose como múltiples para pagar el porteo de fardos de periódicos. En noviembre de 1855 se autorizó la producción de 200,000 sellos de un cuarto de real mediante la aplicación de una sobrecarga por tipografía con la leyenda “Y¼,” lo que se llevó a cabo en la imprenta de Arazoza y Cía. en la capital. La “Y” indicaba Ynterior y ¼ era el nuevo valor de estos timbres. Todos los valores de los primeros sellos de Antillas se imprimieron en hojas de 170 (17 columnas x 10 filas). Hubo dos pequeños percances en la producción de esta primera emisión provisional: no quedaban suficientes sellos del mismo color de dos reales y el impresor no tenía un número suficiente del mismo tipo de letras “Y” para completar toda hoja de 170 sellos. Por consiguiente se tuvieron que utilizar sellos de dos colores diferentes al igual que dos tipos distintos de letras “Y” para realizar la tirada. Desde el punto de vista filatélico estos pequeños problemas hacen mucho más interesante la emisión. Los documentos de la época no especifican exactamente cuántos sellos de cada color se utilizaron, pero claramente la mayoría de éstos fueron de color rojo carmín. Nuestra estimación es que aproximadamente 85% fueron los rojos carmín, mientras que el catálogo especializado de sellos de Cuba EDIFIL calcula que la cantidad de este color fue solamente cerca del 70%.

Figuras 1 y 2

Lo que sí está claro es que el tipo más común de letra “Y,” alta y estrecha de 5,75 mm de altura, se utilizó en las primeras siete filas (figura 1), mientras que el segundo tipo, más corto y ancho con dimensión vertical de 4.5 mm (figura 2), se aplicó tan solo en las tres filas inferiores. Es decir, cada hoja tuvo 119 sellos con la “Y” estrecha y  51 sellos con la “Y” ancha. El ángulo superior del primer tipo de “Y” es de 17° 19′ y el del segundo tipo es 27° 28′. La emisión se puso en circulación apresuradamente el 19 de noviembre de 1855 para conmemorar el cumpleaños de la Reina Isabel II. La cubierta más antigua conocida está fechada el 5 de diciembre de 1855. La inmensa mayoría de los sellos de la primera emisión de Antillas se matasellaron con una parrilla ovalada sin fecha, por lo que es imposible determinar la fecha de uso de casi todos los sellos sueltos. Su uso fue continuo hasta agotarse por completo las existencias a principios de 1860, lo que obligó a producir otra emisión provisional, sobrecargando nuevamente sellos de dos reales esta vez de los emitidos a partir de 1857 sin filigrana y con un tipo de sobrecarga “Y¼ distinto.” Esta segunda emisión “Y¼” no es el motivo de este trabajo. Los primeros sellos “Y¼” pudieron utilizarse, al menos teóricamente, hasta finales de 1864, porque la primera emisión de Antillas, en su conjunto, no fue desmonetizada hasta 1865. La última carta conocida con franqueada con un “Y¼” de 1855 data del 30 de mayo de 1859.

Figuras 3-4 y 5

Las existencias según el tipo de la “Y” de la sobrecarga y el color de tinta del sello son: un 60% con “Y” estrecha y rojo carmín, en torno al 10%  con “Y” estrecha y rojo ladrillo, el 25% “Y” ancha y rojo carmín y un escaso 5% con la “Y”  ancha sobre sello en color rojo ladrillo. Por lo general, los sellos nuevos de la primera emisión “Y¼” no son nada comunes, y los múltiples de una rareza extraordinaria. Apenas se conocen unas cuantas parejas de sellos nuevos, todos en color rojo carmín (figura 3). Los ejemplares nuevos en color rojo ladrillo son los más raros de todos. Por ejemplo, hasta ahora apenas se conocen media docena de ejemplares nuevos del sello con la “Y” estrecha (figura 4) y con la “Y” ancha de este color seguramente el que se reproduce en la figura 5 sea el único existente   La pieza múltiple de mayor tamaño conocida es un espectacular bloque de doce sellos nuevos de color rojo carmín, todos con el tipo de “Y” corta y ancha de la parte inferior de la hoja (posiciones VIII/5 al VIII/8, IX/5 al IX/8 y X/5 al X/8). Sin ninguna duda es una de las piezas más importantes de la filatelia cubana. Cuando en el último tercio del siglo XIX una firma británica ofreció en subasta por primera y única vez, el que haya sido probablemente el filatelista cubano más destacado del siglo XX, el Dr. Buenaventura Cruz Planas, envió su oferta por correo con la puja “sin límite.” Cuando la casa de subastas le indicó que dicha oferta sencillamente no era aceptable, Cruz Planas envió una segunda oferta con la siguiente cantidad: “sin límite más equis cantidad sobre la oferta más alta recibida.” Eventualmente Cruz Planas adquirió el famoso bloque el cual permaneció en su colección hasta su muerte en 1966, cuando pasó a formar parte del Museo Postal Cubano.

Figura 6

Existen algunas variedades notables en las sobrecargas que aparecen de forma constante y afectan tanto a la Y como a los números, pero las más frecuentes corresponden a la barra de fracción. La variedad más sobresaliente es la que le falta la barra de fracción, y se puede encontrar en los sellos con ambos tipos de Y (figura 6).

Figura 7

Casi todos los sobres franqueados con esta emisión tienen un solo sello, ya que la tarifa de un cuarto de real para el correo interior de La Habana era fija, independientemente del peso de la carta. Sin embargo existen unas cuantas cubiertas, aproximadamente media docena, con un par de ejemplares. Eso ocurrió muy rara vez cuando se emplearos estos sellos para la correspondencia del interior de la isla, más allá de los límites de la ciudad de La Habana, cuya tarifa era de medio real (figura 7). ¿Cómo sucedió? Es fácil imaginarse la situación de un comerciante que hubiera podido adquirir una hoja entera o una gran cantidad de sellos “Y¼” para el correo interior de La Habana, y, al tener que enviar una carta otra población de la isla y carecer de sellos medio real, acudió al recurso más sencillo: utilizar una pareja de los sellos provisionales de 1/4 para completar el 1/23 real correspondiente. Se conocen también unas cuantas parejas de ejemplares sueltos matasellados, sin duda también empleados de esta forma.

Figuras 8 y 9

Figuras 8 y 9

Uno de los aspectos más fascinantes de la emisión son las parejas con dos tipos diferentes de sobrecarga. Son rarísimas. Sólo se conocen tres piezas, todas usadas. Como dijimos antes, estos sellos casi nunca se utilizaron como múltiples. En una hoja de 170 sellos puede haber 313 posibles parejas diferentes y de ellas únicamente 153 verticales. Debido a su distribución en la hoja, la única forma de tener una pareja con los dos tipos, distintos es incluyendo sellos de la séptima y octava fila. Eso reduce las probabilidades a 17 parejas por hoja o sea el 5,4% de todas la posibles. Dos de las tres parejas que han sobrevivido con ambas sobrecargas son sellos sueltos de color rojo carmín, matasellados respectivamente con la parrilla oval y con un óvalo de barras (figuras 8 y 9).

Figura 10 web

La única pareja que ha sobrevivido con los dos tipos de sobrecarga en los sellos de color rojo ladrillo aparece en la figura 10. Es una pieza excepcional y para muchos filatelistas se trata del ejemplar más importante de la filatelia cubana. Se encuentra en un fragmento de carta dirigida de La Habana a Cárdenas por medio de ferrocarril, como  indica la rara marca circular “F.C.D. CARDENAS.” La pareja vertical está matasellada con dos “0,” que era típico utilizar en esa época sobre la correspondencia certificada, de vapores costeros, o de ferrocarriles. Los sellos cubrían la tarifa sencilla para el interior de la isla: medio real. Escogida al azar entre todas las parejas posibles, la probabilidad de utilizar una pareja vertical de sellos de color rojo ladrillo con los dos tipos de sobrecarga diferentes es tan únicamente el 0.81%,. Esa es una razón elocuente de su rareza. En 1910, el distinguido estudioso Dr. Antonio Barreras, pionero de la filatelia y la historia postal cubana, publicó un artículo sobre esta pieza en la revista del Círculo Filatélico de Cuba. Con el título “Una Joya Filatélica de Cuba” describía el frontal, por aquel entonces propiedad del filatelista A. Diez Estorino, Vice Presidente de dicho club habanero. El Dr. Barreras comenta en ese artículo, que en más de veinte años dedicados exclusivamente al estudio de los sellos de Cuba, esa era la única pieza con los dos tipos de sobrecarga que él había visto, aunque también conocía otra pareja pero con el mismo tipo de sobrecarga en los dos sellos. Cabe añadir que a principios de siglo XX era mucho más probable encontrar múltiples de esta emisión de lo que pueda serlo hoy en día. Sin duda el Dr. Barreras habría quedado fascinado si hubiese podido ver las otras piezas aquí descritas.     ______________ Referencias: Guerra Aguiar, J.L.  Estudio Sobre la Primera Emisión de Antillas Españolas (1855-64). Cuadernos del Museo Postal Cubano, Habana 1976. EDIFIL, Catalogo Especializado de Sellos de Cuba, Tomo I. 1855-1958. Segunda Edición, Madrid 2002. Otegui, Francisco y Kouri, Yamil H., Jr. “El Uso Más Temprano Conocido del Sello Y¼ de 1855,” The Cuban Philatelist. Vol. XVII, No. 49, First Third 2005, pp. 11-12. Prats, Ignacio y Kouri, Yamil H., Jr. “Las Parejas Disparejas: Parejas del Sello Y¼ de 1855 con los Dos Tipos de Sobrecarga,” The Cuban Philatelist. Vol. IX, No. 23, January 1997, pp. 16-19. Prats, Ignacio y Kouri, Yamil H., Jr. “El Uso de los Sellos Y¼ y la Marca ‘Correo interior’,” The Cuban Philatelist. Vol. X, No. 28, April 1998, pp. 59-62.