La huella del falsificador, La voz del experto — 9 de noviembre de 2013

Míseros falsificadores

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Míseros falsificadores

 

La huella del falsificador 012

Publicado en El Eco Filatélico y Numismático

 

No nos cansemos de recordar que las piezas filatélicas de reducido valor también se han falsificado, se falsifican y se falsificarán.

Será debido a la insaciable ambición del falsificador que aprovecha cualquier ocasión para ejercer sus ruines actividades; la causa estará en la facilidad y bajo coste de efectuar ciertas falsificaciones que, aunque den un beneficio exiguo, son una tentación irresistible para el delincuente. Cualquiera que sea la razón, el caso es que el falsificador está dispuesto a delinquir, no ya por un plato, sino por una mísera vaina de lentejas.

Veamos hoy un caso en el que se manifiesta esa miserable condición del falsificador que se ve arrastrado a intentar estafar al coleccionista aunque sea por un importe ridículo.

Fig. 1 -  Serie I Congreso Internacional de Filatelia de Barcelona en sobre sin circular con el matasellos conmemorativo falso.

Fig. 1 – Serie I Congreso Internacional de Filatelia de Barcelona en sobre sin circular con el matasellos conmemorativo falso.

 

El coleccionista más modesto es olvidado con frecuencia debido al eco de las noticias de mayor resonancia que suelen referirse a las grandes colecciones y nos deslumbran con sus piezas estelares. Sin embargo muchas colecciones que no pasarán a la historia por la excepcionalidad de su valor, nos ofrecen una envidiable dedicación al coleccionismo filatélico y al estudio de sus piezas. La figura 1 reproduce un sobre que nos ha cedido D. Juan Canela Salamero para este artículo.

Como otras piezas que ha reunido a lo largo de los años en su colección, lo adquirió sabiendo que se trataba de un matasellos falso para estudiar sus diferencias con el original y poder dar la voz de alerta frente al fraude.

Fig. 2 -  Sobre con el matasellos auténtico del CIF de Barcelona.

Fig. 2 – Sobre con el matasellos auténtico del CIF de Barcelona.

 El sobre de la figura 2 corresponde a la edición oficial del Círculo Filatélico y Numismático de Barcelona y su matasellos es inequívocamente auténtico, por lo que lo utiliaremos como referencia para determinar la falsedad de los del otro sobre.

Fig. 3 -  Dos estampaciones del matasellos falso.

Fig. 3 – Dos estampaciones del matasellos falso.

La mera observación de los matasellos falsos que se amplían en la figura 3 nos revela que se trata de estampaciones hechas con sellos de goma que carecen de la nitidez y características propias de un cuño de metal como es el caso del original que podemos contemplar aumentado en la figura 4.

Fig. 4 - Matasellos original.

Fig. 4 – Matasellos original.

Para ver con la máxima claridad las diferencias entre uno y otro matasellos, superpondremos el original (en color rojo) sobre el falso (en negro). En la figura 5 realizamos esta operación dos veces. En un primer caso hemos colocado el matasellos original sobre el falso ajustando el círculo exterior por la parte inferior y en el segundo por la parte superior. Obsérvese que el círculo está ligeramente achatado verticalmente y que en ningún caso se consigue la plena coincidencia de las leyendas y los dibujos de unos matasellos que habrían de ser exactamente iguales en el supuesto de que ambos fueran auténticos. 

Fig 5

Fig. 5 – Superposición del matasellos auténtico sobre el falso

 

Fig. 6 Diferencias en la palabra BARCELONA.

Fig. 6 Diferencias en la palabra BARCELONA.

Fig. 7 – Diferencias en el sector derecho del matasellos.

Fig. 7 – Diferencias en el sector derecho del matasellos.

En la figura 7 se ha colocado el sector derecho del matasellos original y del falso, dibujando una líneas-guía horizontales (en color rojo) que nos permiten visualizar con comodidad la distinta alineación de las letras.

Y por último compruébese en la figura 8 cómo la columna que aparece detrás de la letra “C” de “CIF” en el ejemplar falso no se parece en nada al del aauténtico. En el falso es más alta, más gruesa y mucho más imperfectamente dibujada.

Fig. 8 – Detalle de la columna.

Fig. 8 – Detalle de la columna.

Falsificaciones como la que hemos descrito en este artículo son bastante burdas y fáciles de detectar por mera comparación visual con un ejemplar original. Pero, debido a los escasos beneficios que por su reducido valor pueden generar, es lógico que su autor ni quiera ni pueda invertir en ellas más tiempo o aplicar medios más costosos.

A pesar de eso estas falsificaciones son peligrosas por un motivo: el filatelista (coleccionista o comerciante) baja la guardia al ser material relativamente barato. No le presta la debida atención y con demasiada frecuencia le sorprende.

Recordémoslo una vez más. No nos podemos relajar. Debemos estar siempre ojo avizor. Hay demasiado canalla suelto. Como los carteristas en el autobús o en lugares donde se congrega mucha gente, son demasiados, pero no por su número, sino por el daño que causan sus fechorías.