A propósito de una carta del siglo XV del duque de Medina Sidonia sobre la peste desatada en Jerez y un artículo publicado en 1900 sobre los «peligros» de la filatelia

Un artículo que pone de relieve la diferencia entre certificaciones postales y envíos por correo certificado.

Aunque pueda parecer que el coleccionismo especializado y la historia postal comenzaron a desarrollarse recientemente, podemos comprobar que ya tenían sus seguidores en las primeras décadas del pasado siglo.

Cuando se escribió este artículo a fines de 2005, hace casi diez años, la Academia parecía revitalizarse y empezar una nueva etapa: se reformaron los estatutos, Correos emitió un sello para celebrar el 25 aniversario, se organizó el Primer seminario de Cartografía e Historia Postal en la Biblioteca Nacional, se obtuvo el título real, se editó «¡Taxi, Taxi…! (el único libro aparte los Discursos publicado por la RAHF) y comenzó a elaborarse el anhelado el diccionario de filatelia, cuya redacción no hace mucho se abandonó.

Muchas veces se ha intentado manipular los precios por medio de los catálogos; pero nunca se llegó a los extremos alcanzados por Afinsa intentando demostrar una revalorización inexistente.

Formas atípicas de señalar en la correspondencia su condición de estar exenta del pago de portes por gozar del derecho de franquicia

Una pieza de extraordinario interés (pese a su deficiente estado de conservación) por ser el primer testimonio de una carta certificada franqueada con sellos en Cataluña.

Un intento de utilizar indebidamente el sello negro como marca de franquicia. Tras ser multada una primera carta con 1 real (8 cuartos y medio), el remitente envió la siguiente franqueada con el sello adhesivo de seis cuartos.

Un coetáneo de Mariano Pardo de Figueroa, nos describe al célebre Dr. Thebussem.

Al crearse los valores declarados en 1856 sólo era posible el envío por esta clase de correspondencia de títulos de la deuda pública. A partir de 1858 se admitió el envío por valores declarados de alhajas y otros pequeños objetos cuyo valor era asegurable con carácter voluntario. Ese seguro se hace obligatorio a partir de 1861. Por su parte los valores declarado con títulos de la deuda pública sólo pudieron ser asegurados a partir del 1 de noviembre de 1884.