En el seno de la tradicional Feria Nacional del Sello que anualmente se celebra en la Plaza Mayor de Madrid, hemos asistido el pasado día 24 de abril a la presentación de unos sellos emitidos en homenaje a la gastronomía española.
Correos ha contado con Ferrán Adría y el equipo de “elBulli Foundation” que han trabajado para conseguir que los sellos tengan sabor y aroma.
La serie la forman dos hojitas de dos sellos cada una. El motivo de la primera hojita es la cocina tradicional y de innovación mostrando un sello con el tradicional ajoblanco y otro con el creativo plato “350 / ajoblanco 1996” del Bulli, el restaurante que ha sido considerado como el mejor del mundo. En su engomado pueden percibirse el olor y el sabor de las almendras, componente básico del ajoblanco.
La segunda hojita, dedicada a los productos de tradicionales y de innovación, rinde honor a la mandarina y al jamón ibérico. Su engomado, en este caso, nos permite captar el perfume y el sabor de la mandarina.
No intentaremos describir lo que pueden ser estas innovaciones en las emisiones filatélicas para un coleccionista tradiciones. Pero resulta a todas luces evidente que no se verá atraído por semejantes atractivos sensoriales. A quien aprecia el gusto por lo antiguo no se le será muy sugerente dar un lametazo a la goma para deleite de su paladar y tampoco creemos se vea seducido a olfatear el aroma de las mandarinas en la goma de esos ejemplares.
Una iniciativa positiva
Con este tipo de emisiones se acentúa la diferencia entre la filatelia clásica y la tradiciones. ¿Quiere decir ello que estos experimentos son negativos? Por supuesto que no.
La filatelia ha ido evolucionando hasta el extremo de que poco tiene en común el sello del siglo XIX con el del siglo XXI. Es loable todo cuanto se haga por popularizar un hobby como el nuestro. Pero para tener éxito en esta labor es preciso marcar un rumbo nuevo a su coleccionismo. Siendo como es distinto el sello actual, para cosechar el éxito, los “sabios dirigentes” tienen un reto fundamental: marcar el camino para coleccionar unos ejemplares que en sus aspectos esenciales distan mucho de poderse equiparar a los antiguos.
El sello actual tendrá siempre las de perder mientras le demos el mismo trato que al antiguo. Son dos mundos distintos y como tales precisan una comercialización y unas normas de coleccionismo diferenciadas.