Pioneros de los fiscales conmemorativos
Entre la multitud de sorpresas que nos ofrece la filatelia fiscal, en buena parte debido a la oceánica extensión de sus facetas, en los sellos fiscales municipales de la ciudad de Barcelona podemos presentar una excepcionalidad.
La casi totalidad de sellos municipales y fiscales en general, tienen unos diseños más bien simples: unas cifras, el escudo de la ciudad, algunas alegorías o algún monumento representativo…
Esporádicamente, como en las fajas de tabaco o en los de las licencias de caza de Estados Unidos y Canadá, encontramos ejemplos de buen gusto, pero eso no es lo habitual. Por lo general son sellos cuyo motivo exclusivo es el cobro de unas tasas, sin dejar lugar a concesiones artísticas ni sociales.
Sucedió en Barcelona, los años 1908 y 1909. Se emitieron tres sellos fiscales conmemorativos. Son tantos los sellos fiscales existentes en el mundo que precipitarnos y decir que son únicos en su género sería una irresponsabilidad. De cualquier manera, un servidor no ha sabido encontrar hasta ahora ningún otro sello fiscal conmemorativo en el mundo. Existen sellos fiscales con efigies que honran a determinados personajes o recuerdan ciertos acontecimientos; pero sellos conmemorando hechos o personajes en la fecha precisa y concreta de su emisión, hasta ahora sólo los he visto en Barcelona.
En el año 1908 se pusieron en circulación dos ejemplares (10 cts. y 25 cts.) con motivo de celebrarse en ese momento el VII centenario de Jaume lo Conqueridor.
El 10 cts. se habilitó para su uso en el año 1913 por un importe de 25 cts. En cuanto al de 25 céntimos se estampó un número de control en el el frente. Este mismo valor; pero sin la cifra de control fue sobrecargado el año 1909 con imprentilla manual con la leyenda «HABILITADO/ PARA 1909» en color violeta.
El diseño se inspiró, según afirma Carreras Candi en su catálogo de 1903/1909, en el sello del Rey Jaime que se conserva en el Archivo de la Corona de Aragón; para el de 10 Cts. se copió la cara Mayestática y para el de 25 cts. la Ecuestre.
Otro:
Barcelona no fue excesivamente reacia a la invasión Napoleónica; no obstante, hubo una conspiración en mayo de 1809, fue delatada y a resultas de ello, ocho barceloneses fueron ejecutados en la Ciudadela por traidores. La exaltación patriótica los consideró mártires de la independencia. Tienen un conjunto arquitectónico en la placeta delante de la puerta de acceso al claustro de la catedral. Prácticamente todos ellos tienen calles dedicadas en Barcelona.
Celebrando el centenario de estos hechos, el Ayuntamiento de Barcelona, en 1909, emitió un sello de 25 cts. con el diseño de una lápida en la que se hayan grabados los nombres de los ocho “mártires de la independencia” y posteriormente fue habilitado con imprentilla manual para su uso en el año 1910.
Limitándonos al hecho filatélico y obviando el histórico, que también podría dar mucho de sí, lo primero que debemos plantearnos es el “¿porqué?”
¿Cual es la razón por la que el Ayuntamiento de Barcelona emitió sellos conmemorativos siendo así que ninguna otra ciudad había pensado en ello? Y no sólo esto, sinó que ningún ayuntamiento, hasta donde alcanzo a saber, ha seguido hasta hoy. su ejemplo
Quizá la respuesta la encontremos en Francisco Carreras-Candi; para mí uno de los más grandes filatélicos y sin duda el más importante coleccionista e investigador de la filatelia fiscal. Entre otras muchos cargos y actividades desarrolladas por él. fue Concejal del Ayuntamiento de Barcelona entre 1891 y 1922.
Era persona de enorme prestigio y muy respetada en la Ciudad Condal. Su extensa y selecta biografía abarca campos tan diversos como la política, la docencia, la historia, la geografía, el excursionismo, el periodismo, el urbanismo, el asociacionismo, y un largo etcétera. Centrándonos exclusivamente en la filatelia, fue él quien inspiró y fundó la Societad Filatélica Catalana; participó como miembro en los Congresos de la Unión Postal Universal en Berna (1900) y Roma(1906), y como presidente en el primer congreso filatélico español en Zaragoza; sus libros, estudios y catálogos todavía hoy son referencia inexcusable. Barcelona le honra con una calle dedicada en Sants y un busto en el parque de la Cuitadella.
Perteneciendo al consistorio de su ciudad y siendo un erudito de la filatelia fiscal es impensable que no participara en la emisión de sellos fiscales de su ciudad.
Pasé toda una mañana en el Registro Municipal de Barcelona, repasé las actas de los plenos de 1807 y 1808. No supe encontrar nada. Es probable que mi primera incursión en este mundo careciera de veteranía, pero el caso es que no conseguí más que el dato de una autorización a sobrecargar los sellos caducados para habilitarlos para el siguiente año, sin ninguna otra precisión.
Las facturas de las imprentas son del todo imprecisas; de todas ellas llama la atención la empresa Henric y Cía, que fue quien imprimió los primeros sellos de recargo de la Exposición del 29.
Quizá alguien con más experiencia investigadora en los recovecos de los archivos administrativos tenga más fortuna; pero la intuición me hace creer que Carreras Candi debió proponer e inspirar estas emisiones. ¿Quién sino podía alumbrar semejante idea?,
Hay que recordar que la primera serie conmemorativa española, la del Quijote, sólo hacía cuatro años que había aparecido y para un uso restringido; hay que esperar hasta 1916 para que se emitiera la serie de correo oficial conmemorando el centenario de la muerte de Cervantes.
Sólo un filatélico de la envergadura de Carreras Candi podía tener semejante idea.
Hay otros detalles que merecen también atención:
La catalogación de estos sellos. Carreras Candi en su obra, publicado como separatas de la revista «El Filatélico Español» entre el 1903 y 1909, no menciona el 10 cts. de Jaime I y del sello de los mártires, no incluye reproducción.
Por su parte, Forbin, en su catálogo publicado por la casa Yvert en 1916, referencia los dos de Jaime I, pero se olvida el de los mártires de la independencia.
Curiosamente, también, tanto uno como otro, al reproducir el 25 céntimos, no reflejan la numeración en la parte frontal.
¿Cómo se entiende que quien considero impulsor de unos sellos, se olvide de catalogarlos? Parece como si esta circunstancia echara por los suelos toda la teoría anterior, pero… hasta para esta incongruencia tengo explicación.
Si alguien se detiene a reseguir toda la enciclopédica obra de Carreras-Candi se dará cuenta de que no pudo en absoluto hacer todo este ingente trabajo él sólo. Debió tener una cierta cantidad de colaboradores.
Con todo el respeto y admiración que tengo por el personaje debo decir que he encontrado al coleccionar los sellos corporativos, también investigados por él, algunas lagunas similares a ésta; el trabajo que hizo fue tan colosal que es imposible pudiera controlar todos los detalle, publicación tras publicación. Por supuesto, estas pequeñas faltas no desmerecen en absoluto su labor.
¿Qué sería de los “fiscaleros” si no nos hubiéramos podido sustentar en la sólida base que nos legó tan grandioso investigador y coleccionista?
Es muy posible que nuevas aportaciones puedan aclararnos los puntos todavía no del todo claros de los primeros y hasta ahora únicos sellos fiscales conmemorativos.
Monumento a Francesc Carreras Candi (1862-1937), historiador y geógrafo- Escultura de Jacint Bustos en el parque de la Ciudadela
